Se ha dicho que Joan Laporta es el mejor presidente de toda la historia del F.C. Barcelona, idea que me parece excesiva y probablemente injusta con otros presidentes. Es el presidente que más éxitos deportivos ha logrado, pero éstos dependen de muchos factores, ni siquiera sería correcto que se atribuyera la mayor parte de los éxitos.
Si hubiera sido presidente hace 20, 30 o 40 años, sus resultados podrían haber sido otros. Si en lugar de presidir al Barcelona actual, hubiera presidido al Español o al Betis, puede que no hubiera hecho nada del otro mundo. La tarea del presidente quizá consista en mejorar las estructuras del club, procurar que todos trabajen de forma coordinada y utilizar los recursos de que disponga del mejor modo posible. En el modo de llevar a cabo esas tareas estaría la clave para decidir quién fue el mejor preside, pero tampoco habría ninguna seguridad de que se iba acertar. Pero en el fútbol puede hacer una gestión mala, y no sé si será el caso de Laporta, pero si los resultados deportivos son buenos, ya no se tiene en cuenta nada más.
Joan Laporta cuenta ahora en un libro que acaba de publicar que Sandro Rosell quería traspasar a Ronaldinho porque les pagaban diez millones de euros de comisión. Y dice que aquella actitud le indignó profundamente. Pero el hecho es grave, si le indignó tan profundamente debió decirlo inmediatamente, para que los socios y aficionados sepan qué se puede hacer con su dinero. Si estas cosas son habituales en el fútbol hay que decirlo también, no se puede hacer la vista gorda ante algo tan grave. Si lo dice ahora, tal vez sea para perjudicar la candidatura de Rosell. También se ha dicho que Joan Laporta pretendía que Alfons Godall, otro de los candidatos, fuera su hombre de paja, para seguir dirigiendo al club en la sombra. Poco respeto tienen por el género humano quienes se empeñan en mover a otros como si fueran títeres.
Si hubiera sido presidente hace 20, 30 o 40 años, sus resultados podrían haber sido otros. Si en lugar de presidir al Barcelona actual, hubiera presidido al Español o al Betis, puede que no hubiera hecho nada del otro mundo. La tarea del presidente quizá consista en mejorar las estructuras del club, procurar que todos trabajen de forma coordinada y utilizar los recursos de que disponga del mejor modo posible. En el modo de llevar a cabo esas tareas estaría la clave para decidir quién fue el mejor preside, pero tampoco habría ninguna seguridad de que se iba acertar. Pero en el fútbol puede hacer una gestión mala, y no sé si será el caso de Laporta, pero si los resultados deportivos son buenos, ya no se tiene en cuenta nada más.
Joan Laporta cuenta ahora en un libro que acaba de publicar que Sandro Rosell quería traspasar a Ronaldinho porque les pagaban diez millones de euros de comisión. Y dice que aquella actitud le indignó profundamente. Pero el hecho es grave, si le indignó tan profundamente debió decirlo inmediatamente, para que los socios y aficionados sepan qué se puede hacer con su dinero. Si estas cosas son habituales en el fútbol hay que decirlo también, no se puede hacer la vista gorda ante algo tan grave. Si lo dice ahora, tal vez sea para perjudicar la candidatura de Rosell. También se ha dicho que Joan Laporta pretendía que Alfons Godall, otro de los candidatos, fuera su hombre de paja, para seguir dirigiendo al club en la sombra. Poco respeto tienen por el género humano quienes se empeñan en mover a otros como si fueran títeres.
1 comentario:
Laporta ha hecho muy buena gestión en Barça, pero no quiero imaginarmelo de presidente de Cataluña.
Publicar un comentario