Hay personas que cuando se desenvuelven en un ambiente solidario hacen grandes servicios a alguna causa noble, sin que aparentemente den importancia a lo que han hecho, pero en el caso de que cambien de ambiente pasan a cometer, con la misma tranquilidad, cualquier tipo de traición o vileza. Y entonces quedan claros los motivos por los que no daban importancia a lo que hacían: simplemente se integran en el grupo y hacen lo posible por lograr una buena posición en él.
En la época de de Suárez, Carrillo mostró su mejor cara e incluso su aportación fue valiosa, entonces, para España. Pero no todo hay que achacarlo a la proximidad con Suárez, sino que también hay que tener en cuenta que había un clima político que hacía que todos fueran un poco mejores de lo habitual y, por otra parte, Carrillo necesitaba ser aceptado por los españoles.
La situación actual es otra, Carrillo ya se sabe instalado en el sistema, goza de la aprobación de los sectores que le interesan y el presidente actual es Zapatero, con lo que se ve con libertad para dar rienda suelta a su odio. El que tiene a la derecha es proverbial y sintomático. Para Carrillo, quien adopta las ideas de la derecha es malo. Este modo de pensar demuestra que hay un gran fallo en el razonamiento de Carrillo. Ni siquiera es necesario explicar esto. Pero es que además pone de relieve que necesita un chivo expiatorio. Debe de haber algo de lo que no se siente satisfecho y quiere cargar la culpa a otros. Sólo teniendo en cuenta este modo de pensar tan elemental e impropio de él se explica que ahora haya dicho que el error de Stalin fue el de haber instaurado un capitalismo de Estado. Y que él, ingenuo, lo apoyó.
En la época de de Suárez, Carrillo mostró su mejor cara e incluso su aportación fue valiosa, entonces, para España. Pero no todo hay que achacarlo a la proximidad con Suárez, sino que también hay que tener en cuenta que había un clima político que hacía que todos fueran un poco mejores de lo habitual y, por otra parte, Carrillo necesitaba ser aceptado por los españoles.
La situación actual es otra, Carrillo ya se sabe instalado en el sistema, goza de la aprobación de los sectores que le interesan y el presidente actual es Zapatero, con lo que se ve con libertad para dar rienda suelta a su odio. El que tiene a la derecha es proverbial y sintomático. Para Carrillo, quien adopta las ideas de la derecha es malo. Este modo de pensar demuestra que hay un gran fallo en el razonamiento de Carrillo. Ni siquiera es necesario explicar esto. Pero es que además pone de relieve que necesita un chivo expiatorio. Debe de haber algo de lo que no se siente satisfecho y quiere cargar la culpa a otros. Sólo teniendo en cuenta este modo de pensar tan elemental e impropio de él se explica que ahora haya dicho que el error de Stalin fue el de haber instaurado un capitalismo de Estado. Y que él, ingenuo, lo apoyó.
1 comentario:
Dices:
Para Carrillo, quien adopta las ideas de la derecha es malo. Este modo de pensar demuestra que hay un gran fallo en el razonamiento de Carrillo.
Para mí, Carrillo razona de manera elemental. La elementalidad de la sinrazón, del "si no estás conmigo, estás contra mí y por esto voy a matarte". Sencillo.
Obviamente, cuando andaba inseguro hizo su papel de "bueno" y ahora, como dices, ya cómodo, ha tirado al suelo la careta.
Cuántas caretas faltan por caer al suelo...
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