martes, 6 de abril de 2010

Hugo Chávez, hacia su destino

Cada día que pasa es más ridículo el papel de aquellos que se empeñan en defender a Hugo Chávez. Tampoco se entiende que el Ministerio de Asuntos Exteriores español no se distanciase todo lo posible de ese régimen desde el primer momento, sino que, por el contrario, parece actuar en sintonía con él en lo que respecta a los asuntos de América Latina.
La defensa de Chávez siempre se ha basado en que fue elegido democráticamente, como si ese detalle otorgase carta de demócrata. Sus actos indican bien a las claras que se trata de un dictador sin escrúpulos. ¿En beneficio de quién ha comprado armas a Rusia? El pueblo venezolano sufre verdaderas penurias y mientras tanto el émulo bufo de Bolívar gasta el dinero del petróleo en beneficio propio, manteniendo gobiernos títeres, como los de Bolivia y Ecuador, o tratando de subvertir el orden en otros países democráticos no sometidos a sus caprichos, como Perú y Colombia.
En la actualidad es improbable un ataque a Venezuela, y Chávez lo sabe. Desde que Chávez está en el poder, no ha habido ninguna intención, por parte de ningún país, de atacar a Venezuela. Más bien, cabe pensar que Venezuela lo hubiera hecho si Chávez se hubiera sabido impune. Pero si Venezuela hubiera atacado a Colombia u Honduras, eso hubiera significado el fin de Chávez. Fin que, por otro lado, llegará por sí solo. Basta con fijarse en sus gestos para darse cuenta de que está desesperado. Las huelgas de hambre en Cuba le han hecho ver que hay un flanco que no tiene cubierto, aparte de que si caen los Castro, él lo tendrá más difícil. Así pues, busca el apoyo de Putin, al precio que sea, como antes buscó el de Ahmadineyad, es decir, de lo mejor de cada casa. Difícil tarea tendrán los venezolanos para reconstruir su país.

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