viernes, 23 de abril de 2010

La dimisión de Bárcenas

De Luis Bárcenas se dice que es muy listo y por eso ha ganado tanto dinero. Pero si se acepta esta explicación, hay que tener por tontos a otros, del PP, evidentemente. Bárcenas ha dimitido, pero lo ha hecho cuando le ha convenido a él y no le ha importado que su partido quedara en entredicho con su permanencia. Bárcenas es muy egoísta. Tiempo atrás, alguien puso a Bárcenas, muy listo y muy egoísta, al frente de la finanzas del PP. Ojo de lince se llama la figura. Ya se sabe que Bárcenas primero mira por sí mismo y luego por el partido.
El hecho de que la dimisión se haya producido cuando le ha convenido al interesado y no cuando debió haberse producido pone de relieve que el PP carece de recursos para solucionar estas situaciones. Un partido que ha formado gobierno y que aspira a volverlo a formar está obligado a tener recursos para solucionar cualquier contingencia. En otras circunstancias, el prestigio del PP hubiera quedado tan dañado que no hubiera quedado más remedio que hacer una gran renovación en el partido. Si no ha sido así es porque los partidos políticos y la clase política en general ya no gozan de ninguna reputación en España. Cualquier aberración que proceda de la política se cataloga como normal y hasta previsible.
Así se explica que hayamos llegado a la situación actual, en la que no queda prácticamente nada en pie, o sea nada en lo que los ciudadanos puedan depositar su confianza. A lo que hay que añadir el sectarismo al que se viene empujando a la población, sin prisa pero sin pausa. El sectarismo impide ver las cosas como son.
Luis Bárcenas será tan listo como dicen, pero al demostrar tan poca generosidad con el partido, aunque sea absuelto al final, su actuación será recordada como nefasta.

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