domingo, 18 de abril de 2010

Las cosas de Peces-Barba

Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución, que además alardea de ello y es evidente que no reconoce que pueda tener fallos, concedió una entrevista al Diario de Sevilla, en las que como es habitual en él y, en general en la clase política española, todo lo que hace su partido está bien y todo lo que hacen los demás está mal.
Su respuesta textual a una de las preguntas es la siguiente:
“Bueno, todas las dimensiones del Estatuto de Andalucía que sean idénticas a lo que se declare inconstitucional en el de Cataluña serían asimismo inconstitucionales, porque no se puede dar un trato desigual. Y el recorrido del agua de los ríos por el territorio andaluz, con las competencias que se fijan, me parece una barbaridad. Eso no tiene sentido común, ni racionalidad, porque un río no se puede trocear, es de todos.”

Y a la vista de ella cabría preguntarse si no es la propia Constitución la que empuja hacia esos disparates. Porque en otra de sus respuestas afirma que Zapatero mantuvo posiciones intuitivas, lo que debe entenderse como que Zapatero hizo promesas irresponsables. Digamos, pues, con él que los padres de la patria fueron “intuitivos”. Y a pesar de que él fue uno de los que más influyeron en el diseño del sistema político que ha desembocado en el desastre actual, no tiene empacho en criticar a uno de sus pilares, o sea, el sistema judicial, a causa de los procesos que tiene Garzón.
La arbitrariedad disfrazada de tecnicismos con la que se manifiesta viene a dar la razón a las víctimas del terrorismo que vieron en su nombramiento como Alto Comisionado de las Víctimas del Terrorismo, cargo de nueva creación entonces, un intento de manipularlas y dividirlas. La culpa de no triunfara en el cargo, al no lograr la confianza de las víctimas ya se sabe a quién se la achaca, no hace falta ni escribirlo.

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