Hubo un fulano que tras montar un buen numerito en España, afirmando que Orlando Zapata era un delincuente, aprovechó un viaje a Cuba para afirmar allí que en España no hay democracia y en Cuba sí, para continuar explicando que el régimen político de Cuba es un referente en el que se miran los socialistas reales del mundo.
Pues en esta Cuba fabulosa, según el tal sujeto, que no es el único, hay muchos como él, salieron nueve componentes de las Damas de Blanco a pedir libertad para sus familiares. Enseguida la policía a impedírselo y ellas respondieron que cuando haya una ley que exija que haya que pedir permiso para caminar por las calles lo pedirían y también pedirían que se les reconozca como asociación. Las Damas de Blanco comenzaron a gritar “libertad”, “libertad”, y enseguida fueron rodeadas por una multitud que les gritó “mercenarias”, “terroristas”, “locas”, “marionetas”, “cucarachas”.
Estas gentes que tan “bravamente” se enfrentaron a nueve mujeres que luchan por sus maridos encarcelados (que también deben merecer el apelativo de “delincuentes” para algunos sujetos), han salido de las escuelas del régimen político de Cuba, referente en el que se miran los socialistas reales del mundo. Educadas en esas escuelas, saben distinguir perfectamente una marioneta de un personaje real, una terrorista de una hermanita de la caridad, una cucaracha de una mujer, una loca de una adicta al régimen. Por eso, las nueve mujeres de blanco, con gladiolos en las manos, fueron rodeadas y mantenidas bajo el ardiente sol durante dos horas y media.
Esto es lo que tienen los regímenes como el de Cuba, que envilecen a sus seguidores, tanto a los viven bajo su yugo, como a sus simpatizantes del exterior. Y lo peor es que amenaza con prolongarse a otros lugares, como Venezuela, Bolivia o Ecuador.
Pues en esta Cuba fabulosa, según el tal sujeto, que no es el único, hay muchos como él, salieron nueve componentes de las Damas de Blanco a pedir libertad para sus familiares. Enseguida la policía a impedírselo y ellas respondieron que cuando haya una ley que exija que haya que pedir permiso para caminar por las calles lo pedirían y también pedirían que se les reconozca como asociación. Las Damas de Blanco comenzaron a gritar “libertad”, “libertad”, y enseguida fueron rodeadas por una multitud que les gritó “mercenarias”, “terroristas”, “locas”, “marionetas”, “cucarachas”.
Estas gentes que tan “bravamente” se enfrentaron a nueve mujeres que luchan por sus maridos encarcelados (que también deben merecer el apelativo de “delincuentes” para algunos sujetos), han salido de las escuelas del régimen político de Cuba, referente en el que se miran los socialistas reales del mundo. Educadas en esas escuelas, saben distinguir perfectamente una marioneta de un personaje real, una terrorista de una hermanita de la caridad, una cucaracha de una mujer, una loca de una adicta al régimen. Por eso, las nueve mujeres de blanco, con gladiolos en las manos, fueron rodeadas y mantenidas bajo el ardiente sol durante dos horas y media.
Esto es lo que tienen los regímenes como el de Cuba, que envilecen a sus seguidores, tanto a los viven bajo su yugo, como a sus simpatizantes del exterior. Y lo peor es que amenaza con prolongarse a otros lugares, como Venezuela, Bolivia o Ecuador.
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