Posiblemente, la visión que tenemos la mayoría de los españoles acerca de la situación de Grecia se reduce a unas ideas básicas, y entre ellas está la de que nos afecta de forma indirecta. Quizá nos compadecemos de las penurias que están sufriendo y de lo que les queda a los griegos. Puede que también pensemos lo de siempre: unos imprudentes van a pagar y otros, no menos imprudentes, van a cobrar. Porque hay una casta que en el tablero mundial de juego siempre tiene las de ganar.
Los griegos se endeudaron alegremente mucho más de lo aconsejable y los bancos les prestaron. Para pagar, los griegos han de dejarse el hígado y los riñones por el camino. No se descarta que algunos, los de siempre, no puedan sobrevivir sin hígado y sin riñones. Quizá esta última sea la cuestión tal y como la ven los griegos.
Pero la cuestión nos afecta también, y en este caso directamente, como europeos, puesto que el estallido de la crisis ha venido a significar el fracaso de la Unión Europea del modo en que está concebida. David Cameron, primer ministro británico, se alegra de que su país no esté en la eurozona, como si se hubiera escapado de la crisis, y otro político británico, Jack Straw, ha vaticinado la muerte del euro. La situación es complicada y nos afecta más directamente de lo que podíamos pensar.
Fue De Gaulle quien dijo que sería la Europa de las patrias o no sería. La Europa de las patrias no es viable, hay que ir metiendo a los nacionalismos en el armario. Si la Unión Europea hubiera tenido un gobierno fuerte, con competencias, hubiera sido más fácil sortear o luchar contra la crisis. En el modo actual, es un amasijo de intereses, a veces contrapuestos. Y ahora hay que salvar a los que están a punto de hundirse y a los que quieren cobrar, para que no nos hundamos todos. Creo que los sacrificios no los van a hacer sólo los griegos.
1 comentario:
Los griegos mintieron con sus cuentas y ahora lo tendrán que pagar con sangre sudor y lagrimas Én nuestro país no se si mintieron, pero tengo claro que el despilfarro de los últimos años lo pagaremos los de siempre.
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