Resulta
que los contribuyentes hemos estado pagando el gasto hecho con
tarjetas de personas fallecidas. Por lo menos son 150 000. Quizá
sean más. Cualquiera se fía de esos que están al cargo de las
cosas.
Tienen
la cara tan dura que en lugar de pedir perdón a los contribuyentes
por este descuido, nos insultan tratándonos como si fuéramos
idiotas. Gracias al copago han descubierto... ¡Serán burros...!
Resulta que nos timan con eso que llaman copago, que en realidad es
repago y más, porque han suprimido muchos medicamentos necesarios,
que ahora habrá que pagar.
Y
en lugar de pedir perdón por haberse gastado mucho más dinero del
que había en caja, por sus megalomanías varias, a consecuencia de
lo cual los contribuyentes hemos perdido mucho, aparecen en plan
triunfalista, atribuyendo al copago virtudes que no son tales, sino
que es su impericia lo que ha sido puesto de manifiesto.
¿Cómo
es posible que haya estado ocurriendo eso? ¿Durante cuantos años?
¿Qué castigo se le va a imponer a los sucesivos responsables de que
no ocurra eso por su dejadez? ¿Cómo se nos va a resarcir por los
impuestos gastados indebidamente por ese fallo?
Indudablemente,
nuestros políticos nos consideran súbditos y sin capacidad de
raciocinio, además. Sólo eso explica que nos digan tantas
imbecilidades y las digan con el gesto solemne. Da la impresión de
que ni siquiera se detienen a pensar en lo que van a decir. Dicen lo
primero que se les ocurre que se avenga con sus propósitos. No
consideran la posibilidad de los contribuyentes no se crean lo que
dicen o lo examinen de otro modo. No nos conceden ese derecho, ni esa
posibilidad.
Se
vio en la actitud que mantuvieron en el bochornoso caso de Bankia,
que gracias a UPyD está en manos de los tribunales, puesto que
ningún otro partido se ha dignado a mirar por los intereses de los
ciudadanos. Defienden los de sus partidos.
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