O
González, que para el caso lo mismo da. Algunos de estos plumillas
que brillan en el horizonte mediático, porque son más
despabilidados que listos, aventuran que puede volver y sitúan a
González Pons en su hipotético gobierno. Lo que faltaba para
terminarnos de hundir. Como si volviera González situando a Matilde
Fernández en su gabinete.
El
problema de España no es tanto de personas como del sistema que
sufrimos, que impide que medren en él quienes no sean maniobreros.
Esa es la cuestión, los mercados no se fían de quienes en lugar de
abrir las ventanas y mostrar todo, se empeñan en ocultar y negar los
pasados desmanes.
Sólo
faltaría que apareciera Esteban González Pons dando su versión de
las cosas para que la tan mentada en estos últimos tiempos prima de
riesgo se disparase sin remedio ni solución.
El
dinero es desconfiado por naturaleza. O se dicen las cosas de modo
claro y con documentos que lo demuestren o no hay nada que hacer.
Lo
que ocurre es que estos políticos nuestros están acostumbrados a
decirnos a los españoles lo que les da la gana, porque nos
consideran súbditos y de pronto, por su mala cabeza, se encuentran
en la situación de que han de decir la verdad y no es que no lo
sepan hacer, es que no pueden. ¿Qué sería de ellos si dijeran la
verdad?
Si
cambian el sistema, en el nuevo la justicia tendría que ser,
necesariamente, independiente. Esto les da miedo. Aparte de que en el
nuevo, la mayor parte de nuestra clase política, si no toda, sería
barrida de la escena, y esto tampoco les gusta. La alternativa, si no
se da ese paso, ya lo vamos viendo. Caminamos, paso a paso, hacia el
hundimiento total de España. Lo que ocurre es que los líderes de
los partidos tienen el riñón cubierto. Aznar y González también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario