Hacer
política de partido siempre está mal. Lo que hay que hacer es
política de Estado. Todo el mundo está conforme con eso pero luego
lo que estamos cansados de ver es política de partido, y en estos
tiempos que corren esa actitud resulta irresponsable.
Ha
dicho Rubalcaba algo que en principio podría ser cierto, pero lo ha
dicho en clave partidista. Creo que la sensación que da el gobierno
de Rajoy es que calculaba que los mercados se comportarían de otro
modo con él. Lo que ha dicho Rubalcaba es que se creían que los
mercados eran de derechas. Eso es una estupidez. Nadie puede pensar
que los mercados son de derechas o de izquierdas. Esa viejecita que
busca el kilo de patatas más barato puede representar a los mercados
perfectamente. Ese jubilado que busca la mayor rentabilidad para sus
ahorros, con el menor riesgo, también. Rajoy no pensaba que los
mercados son de derechas, sino que se iban a fiar de él sin más.
Pero como en lugar de esclarecer todos los casos dudosos trata de
oscurecerlos y de engañar al personal no hay se fíe de él, sean
los mercados o los bañistas de una playa, que si lo vieran aparecer
correrían a poner a buen recaudo sus toallas.
Rubalcaba
también ha dicho otra irresponsabilidad: que ya no se puede hablar
de la herencia recibida. ¿Cómo que no? La herencia recibida
constituye un problema demasiado grande para la capacidad de Rajoy.
Podrían haber hecho los socialistas una destroza menor y quizá
Rajoy se hubiera podido lucir, pero se empeñaron en dejárselo
imposible. A la catástrofe del gobierno anterior hay que sumar la
propiciada por el gobierno actual. De modo que sí que hay una
herencia que se hace crecer. No debería quejarse Rubalcaba de que
Rajoy continúe la labor emprendida por el gobierno del que formaba
parte.
Tampoco
ofrece Rubalcaba ninguna alternativa que pueda ilusionar ni da idea
de que los mercados le puedan tomar más en serio.
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