Mientras
ardía Valencia, Rajoy se fue al fútbol. Él ya ha puesto a España
o, mejor dicho, a los trabajadores españoles, a los pies de los
oligarcas, en la confianza de que éstos van a resolver la papeleta.
El Rey les pidió hace unos meses que arrimen el hombro, pero en
lugar de eso están sacando capitales de España.
Rajoy
se va al fútbol y mientras tanto Fabra no da puntada sin hilo. En
Valencia capital estos días ha olido a quemado y la ceniza se ha
adueñado del ambiente. Fabra, a su ritmo, planea privatizar la
sanidad; también proyecta permitir que se pueda edificar en los
terrenos calcinados; y no tiene vergüenza por la deriva de Bankia,
sino que alega que Bancaja no es la única culpable, y con eso ya se
queda conforme. Todo para las oligarquías. Por nuestro bien.
De
modo que aquí tenemos una serie de políticos que hablan por el
móvil a nuestra costa (¿qué cosas dirán?), que van a los
restaurantes a nuestra costa, que viajan en taxi, en avión, en AVE,
o en coche oficial, con cargo al dinero de los impuestos, pero siendo
más prescindibles que Dívar, creo que no es exagerado decir que más
nos valdría que fueran leñadores, en lugar de políticos. Si fueran
leñadores hubieran tenido los montes limpios y aseados y nos
hubiéramos evitado este incendio.
¿Cómo
es posible que con los días de calor que han hecho los servicios
contra incendios no hubieran estado preparados para acudir de
inmediato? ¿No va Rajoy a pedirle responsabilidades a Fabra? Los
ciudadanos no podemos. Eso de que en España hay democracia es una
leyenda urbana. A Fabra lo puso Rajoy, que también consintió que
fuera Camps el que se presentara a las elecciones.
Si
Fabra tuviera vergüenza, dimitiría. Pero no lo va a hacer nadie. Se
limitan a decir que el Gobierno y el Consell prometen reparar “desde
ya” los daños del fuego. ¿Ah, sí? ¿Y cómo? ¿Y qué van a
recortar para conseguir el dinero? ¿Y qué es eso de “desde ya”?
¿Ni gramática saben?
No hay comentarios:
Publicar un comentario