domingo, 24 de febrero de 2013

El supuesto juego sucio de Madrid

Las masas no suelen seguir a quienes usan la lógica y el sentido común. Las masas suelen seguir a aquellos a los que se les va la olla, quizá porque, con sus mentiras, entretienen más.
Si Tarradellas no podía ver a Jordi Pujol, no sé lo que pensaría de Artur Mas. Entre ambos dos, Jordi Pujol y Artur Mas, han logrado romper más amistades y más familias catalanas que ninguno de los que lo habían intentado anteriormente. Al menos uno de los dos ha arruinado a bastantes catalanes.
Artur Mas acusa ahora a Madrid de jugar sucio en contra de lo que él llama proceso soberanista. Menudo elemento este Artur Mas. El contribuyente español de a pie huele la corrupción. O sea, apesta. Y tiene que aguantar que le digan que no hay. Y aparecen informaciones sobre delitos económicos de este, aquel o el otro político, algunos de ellos catalanes, y ve que no se investigan, que se trata de hacer que esas informaciones pasen al reino del olvido.
¡Aquí nadie roba, señores!, se dice a los contribuyentes. El dinero desaparece y hay que reponerlo, pero de ahí a decir que se roba va un trecho. Eso lo han de decir los jueces.
Lo que no pide Artur Mas es la democratización absoluta del sistema, con la consiguiente independencia de los jueces.
Hace falta que los jueces sean independientes y que tengan un presupuesto propio y no dependiente de la voluntad del Ejecutivo, para ver si con eso presumen tanto de honradez (honestidad dicen algunos) esos políticos a los que les pagamos sus sueldos.
Abundan en la política española los pájaros a los que les gusta imponer, prohibir, amenazar y tergiversar. Y pretenden convencernos de que todo eso es democrático. En España hay más “demócratas” que demócratas.

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