No
resulta difícil sentir la impresión de que está en una ciénaga y
cuando esto ocurre, para eludir el contagio o elevar la moral,
resulta efectivo recurrir a alguno de los espíritus elevados que ha
dado la humanidad. Marco Aurelio resulta muy apropiado.
'Me salvo una lágrima'
'Con la cal en los dedos'
'El Camino y otros pasos'
'Los penúltimos días'
'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
De
uno de sus aforismos, al
que más recurro yo, “El
verdadero modo
de vengarse
de un enemigo es no parecérsele”, puede
pensarse que todo el mundo lo entiende, ya
que su formulación es sencilla. En la práctica se ve que no es así.
Me
gusta pensar que tengo amigos que luchan por albergar un punto de
grandeza en sus almas y
que aquellos en los que no concurre esta circunstancia es
porque todavía no se han dado cuenta de que tienen alma.
Por
citar sólo a unos pocos, podría hablar de un matrimonio mayor,
cuyos dos componentes han llegado a la vejez sin perder ni un ápice
de sus grandes cualidades morales. O
de aquella amiga que reside en un lugar alejado, pero que está
luchando contra el cáncer con una entereza admirable. Cada
vez que hablo con ella por teléfono, me maravillo. Es un ejemplo.
Tengo otras amigas cuyo corazón es limpio y reluciente. Propagan
la alegría y el gusto de vivir. O unos amigos cuyo corazón es noble
y robusto. Cuando
hablo
con ellos me siento a gusto y relajado.
Otro
de los sabios aforismos de Marco Aurelio es el siguiente: “Es
ridículo no intentar evitar tu propia maldad, lo cual es posible, y
en cambio intentar evitar la de los demás, lo cual es imposible.”
Toda
una lección de vida. Otra
vez el alma: “En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan
apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma.” ¿De
dónde surge el mal?, me preguntó alguien, tiempo atrás, como si
nunca hubiera roto un plato: "Sólo
los locos persiguen lo imposible. Imposible es que los malos no
cometan maldades".
Evidentemente,
es mejor no mirar a la ciénaga, porque la podemos hacer más grande.
'Televisores cuadrados, ideas redondas''Me salvo una lágrima'
'Con la cal en los dedos'
'El Camino y otros pasos'
'Los penúltimos días'
'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
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