El
PP está haciendo el ridículo sin parar en el caso Bárcenas. El
espectador tiene la sensación, dadas la chulería y la agresividad
con la que se comporta el ex tesorero del PP, de que éste va a
acabar mal.
Pero
el espectador también tiene la sensación de que el PP le teme. No
se puede pensar otra cosa de la dubitativa manera de actuar de este
partido, que cree tener la sartén por el mango, pero ignora si queda
algún cabo suelto.
Para
acabar de enredar el asunto, ha aparecido en escena Esteban González
Pons, no
sé si llamarle Piquito de Oro o reírme. Este
hombre, cuando tenía la posibilidad de aparecer diariamente en la
prensa, tenía
todas sus facultades intelectuales dirigidas a pensar titulares e
inventar chascarrillos graciosos. Se
conoce que conserva esas habilidades. Ha dicho esto:
"El
PP tiene la credibilidad que tiene y Bárcenas tiene la credibilidad
que tiene, ustedes pueden elegir a quién creer". González
Pons está totalmente confundido. La fe forma parte de la religión,
pero él cobra un sueldo como político. El
sueldo se lo pagan los contribuyentes. Debería ser honrado con
ellos.
No
es la única burrada que ha dicho. Hay
que hacer constar, además, que en las fotos se le ve que aprieta los
dientes en su intento de convencer. "Ahora ya estamos donde
tenemos que estar el señor Bárcenas a un lado y el PP, a otro, en
los tribunales de justicia", ha
explicado el sin par paladín
de
la justicia ciudadana, obviando
el hecho de que ha sido el propio Bárcenas quien ha puesto la
demanda. ¿No
le da vergüenza al PP? ¿No le da vergüenza a González Pons?
Habría
que hacer hincapié también en que el concepto de la honradez, a la
que ha aludido este
político en
otras de sus frases
incluye
el respeto al
prójimo.
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