viernes, 8 de febrero de 2013

Sánchez Gordillo tiene patente de corso

Se conoce que la gente no domina los conceptos, por lo menos la gente que lo aplaude, de modo que Sánchez Gordillo se atreve a utilizar la palabra noble, y otras, con un desparpajo total.
Estas personas también desconocen el funcionamiento normal del mercado, de modo que si este tipo dice que hay que luchar contra el Capital ya están conformes con lo que haga, aunque se trate de una salvajada.
Los mismos que le aplauden y quizá que le acompañen en sus gamberradas, sin que se les caiga la cara de vergüenza son los que van a comprar a Mercadona, o a cualquier otra gran superficie, en lugar de ir al pequeño comercio.
De modo que la verdadera labor encomiable que podría hacer este político, que es de los peores y mira que es difícil ser de los peores, sería convencer a la gente para que vaya al pequeño comercio. Pero esto es muy pesado, su labia no alcanza a tanto, y lo suyo no es hacer cosas de provecho, sino destrozar.
Ya puede hacerlo tranquilamente, le han dado la razón y con ello, España se hunde un poquito más en la decepción y el desconcierto.
Porque ya vamos viendo que aquí no se trata de buscar soluciones a los graves problemas que tenemos planteados, sino de embarullarlo todo de tal modo que no quede títere con cabeza.
Cualquier cosa que parezca fruto del sentido común es tenida por rara, de modo que hay que esmerarse en hacer barbaridades.
La pregunta que surge es la siguiente: Si los jueces fueran totalmente independientes del Ejecutivo y tuvieran su propio presupuesto, ¿actuarían igual?
Todo lo que ocurre en España es tan inquietante que se echa de menos alguien que ponga orden y que disponga de los medios para ponerlo.

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