miércoles, 6 de febrero de 2013

La prensa también es corrupta

Los medios españoles claman contra la corrupción, es el asunto del día y tienen que darles a sus lectores lo que piden.
Olvidan la propia, aunque cabe la posibilidad de que esporádicamente se refieran a la de los rivales.
El llamado Cuarto Poder debería ser contrapeso de los otros tres, pero ocurre que no hay otros tres, en la práctica es uno el que lo decide todo. Aunque al decir uno hay que entender el funcionamiento de la Autonomías, en las que su Poder Ejecutivo también pretende controlarlo todo, incluso en algunos casos pisoteando al Poder Ejecutivo central.
Mal pueden los medios servir de contrapeso al poder si dependen de sus subvenciones y para algunos las subvenciones ya son la única forma en que pueden sobrevivir. Resulta grotesca la actitud de algunos, puesto que ponen el grito en el cielo basándose en unos papeles que probablemente son falsos, y callan cuando aparecen informaciones más fidedignas, que involucran a otros. La prensa española ha recuperado una función antigua, la de desinformar. Se le dice a la gente lo que interesa al patrocinador del medio, sea verdad o mentira, y se calla lo que no conviene.
En Valencia hubo un asunto tiempo atrás que interesaba a todos, y que ahora está continuamente en los medios valencianos, pero en aquel momento crucial había que seguirlo en la prensa de fuera de Valencia. Es un ejemplo del respeto que tienen por el lector los medios españoles.
También el lector español tiene su culpa, porque se traga todas las bolas que le cuelan, si convienen a sus simpatías personales. No le importa que sea verdad o mentira, o que esté exagerada la noticia, o que se la hayan callado.
Eso de comprar un periódico para que le cuenten a uno mentiras piadosas no parece propio de gente adulta.

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