lunes, 11 de febrero de 2013

Stephen Hawking y las mujeres

Dijo el científico inglés, en una entrevista concedida recientemente, que a lo que dedica la mayor parte de su tiempo es a pensar en las mujeres, a la que no termina de entender.
Quizá las mujeres, dicho así en general, también tengan dificultades para entenderlo a él. No es fácil entender a alguien con tan gran capacidad intelectual. Pero por la información que trae la wikipedia, yo diría que su primera mujer, en su petición de divorcio, le dio unos cuantos golpes bajos. Una mujer que se declara creyente no puede utilizar a Dios como excusa para divorciarse. Alegaba además, que a pesar de que él es ateo, cita muchas veces a Dios en sus libros con fines comerciales. Bien segura estaba ella de que Dios no le iba a tirar de las orejas por la noche.
Las referencias de Stephen Hawking a Dios son las respuestas a las preguntas que en aquellos tiempos, y quizá también en estos, están en el ambiente. Son perfectamente lógicas y el propio Dios estaría de acuerdo con ellas. No se puede decir otra cosa diferente sin engañar al personal.
Esta primera mujer, llamada Jane Wilde, con la que el físico tuvo tres hijos, querría divorciarse por otro motivo muy diferente, pero le daría vergüenza decirlo y recurrió al motivo religioso. Y este es el otro lado curioso de la cuestión: las religiones se utilizan a menudo para facilitar pretextos y coartadas en asuntos que no tienen nada que ver con la religión.
Supongo que Stephen Hawking escucharía divertido esas explicaciones y quizá las dio por buenas para no perjudicar a la madre de sus hijos, puesto que a él le daría exactamente igual el modo en que ella quiera entender sus libros.
También supo salir al paso de las habladurías que hubo en contra de su segunda mujer. Y quizá con estas declaraciones haya querido dar a entender que le hubiera gustado encontrar al amor de su vida.

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