domingo, 10 de febrero de 2013

Un gordo como presidente de Estados Unidos

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie pretende ser el candidato republicano en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Pero parece ser que su principal problema para conseguirlo consiste en su obesidad.
No puede ir a ningún programa de televisión sin que salga a relucir esta circunstancia. La dictadura de lo políticamente correcto nos lleva al reino de la estupidez absoluta. Hasta hay quien ha dicho que sería peligroso que llegara a la presidencia, porque podría morirse de repente. Se conoce que Obama, ni ningún otro de los anteriores presidentes, han corrido ese riesgo.
El tal Chris Christie, con tal de llegar a la presidencia, sigue el juego y contesta a las preguntas que se le hacen e incluso se saca comida del bolsillo y se pone a comer en directo, como estrategia para sobreponerse a este inconveniente de salida.
Y puesto que los árboles no dejan ver el bosque, cabe la posibilidad de que, puesto el foco en su gordura, otras posibles carencias suyas pasen desapercibidas.
Lo políticamente correcto se impone en el mundo, no sólo en Estados Unidos, y si en España se celebraran elecciones presidenciales, ojalá ocurra pronto, los candidatos tendrían que someterse al mismo juego.
Creo que el sistema político de Estados Unidos es mejor que el español, por eso digo que ojalá ocurra pronto, pero el hecho de que sea mejor sistema no evita que la gente se fije en lo accesorio y olvide lo fundamental.
La dictadura de lo políticamente correcto acabará por impedir muchas de las que deberían ser opciones personales. Porque Chris Christie puede ser candidato o no, pero podría ocurrir, en un futuro cada vez menos lejano, que los demandantes de empleo puedan ser rechazados por las pintorescas razones, que no tengan nada que ver con la idoneidad para el puesto que piden.

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