Tenía que llegar el momento en que también faltase agua en Barcelona. Y debía suceder que el gobierno optase por llevar agua de la desalinizadora de Almería en barco a Barcelona. Como en Andalucía gobierna el PSOE, no han tenido lugar las protestas que podrían haberse producido dado que después de negarle a Almería el agua del Ebro se le toma de la desalinizadora, como si ésta no contaminara ni tuviera consecuencias negativas.
Ha tenido que ser el gobierno de Cataluña, también del PSOE, el que proponga una solución más racional, como es el trasvase del Segre. Pero tenía que chocar con Zapatero, que por sí mismo y sin consultarlo con nadie, tuvo que salir de inmediato a decir que los trasvases no son la solución. Lo dice él, que es el que más entiende. No me cabe ninguna duda de que nuestro presidente tiene cualidades e incluso de que algunas de las iniciativas que ha tomado en el desempeño de su cargo son acertadas. Pero tampoco creo que sea exagerado decir que la responsabilidad que exhibe hace que resulte peligroso que esté al frente del gobierno. Con el asunto del agua ha desatado la discordia entre las distintas Comunidades Autónomas, con el mezquino objetivo de ganar las elecciones. En lugar de propiciar un pacto justo, responsable y solidario entre todos, ha echado mano de la arbitrariedad para resolver (es un decir) el asunto. Si él ya dijo, presumiendo, que no se ha hecho el trasvase y ya nunca se hará, ahora no puede consentir el trasvase a Barcelona. El trasvase es muy difícil ahora mismo porque en este asunto hay enfrentamientos dentro del PP, para regocijo de Zapatero. Pronto los habrá también dentro del PSOE.
Se dice, despectivamente, que la Comunidad Valenciana pide agua para los campos de golf. Según una información que publica hoy el diario Las Provincias, en Cataluña hay muchos más campos de golf que en la Comunidad Valenciana y que, en promedio, gastan para regar 12300 y 6500 m3 por hectárea, respectivamente. Los catalanes tienen muchos más campos de golf y consumen mucha más agua.
Siguiendo también los argumentos de quienes se oponen al trasvase y ya que dicen que en la Comunidad Valenciana se ha edificado en lugares en los que escasea el agua, cabría preguntarse si Barcelona ha crecido más de la cuenta.
Zapatero debería dejarse de demagogias y enfrentar el problema como es debido.
Ha tenido que ser el gobierno de Cataluña, también del PSOE, el que proponga una solución más racional, como es el trasvase del Segre. Pero tenía que chocar con Zapatero, que por sí mismo y sin consultarlo con nadie, tuvo que salir de inmediato a decir que los trasvases no son la solución. Lo dice él, que es el que más entiende. No me cabe ninguna duda de que nuestro presidente tiene cualidades e incluso de que algunas de las iniciativas que ha tomado en el desempeño de su cargo son acertadas. Pero tampoco creo que sea exagerado decir que la responsabilidad que exhibe hace que resulte peligroso que esté al frente del gobierno. Con el asunto del agua ha desatado la discordia entre las distintas Comunidades Autónomas, con el mezquino objetivo de ganar las elecciones. En lugar de propiciar un pacto justo, responsable y solidario entre todos, ha echado mano de la arbitrariedad para resolver (es un decir) el asunto. Si él ya dijo, presumiendo, que no se ha hecho el trasvase y ya nunca se hará, ahora no puede consentir el trasvase a Barcelona. El trasvase es muy difícil ahora mismo porque en este asunto hay enfrentamientos dentro del PP, para regocijo de Zapatero. Pronto los habrá también dentro del PSOE.
Se dice, despectivamente, que la Comunidad Valenciana pide agua para los campos de golf. Según una información que publica hoy el diario Las Provincias, en Cataluña hay muchos más campos de golf que en la Comunidad Valenciana y que, en promedio, gastan para regar 12300 y 6500 m3 por hectárea, respectivamente. Los catalanes tienen muchos más campos de golf y consumen mucha más agua.
Siguiendo también los argumentos de quienes se oponen al trasvase y ya que dicen que en la Comunidad Valenciana se ha edificado en lugares en los que escasea el agua, cabría preguntarse si Barcelona ha crecido más de la cuenta.
Zapatero debería dejarse de demagogias y enfrentar el problema como es debido.
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