Había dicho Rajoy que afrontaría la nueva etapa con su propio equipo y por ahí ha emergido Soraya. Esperemos que ahora cambien los métodos y la oposición ahora se haga de otra manera. Los políticos han de demostrar que trabajan por los ciudadanos y en cada momento toman las decisiones que creen mejores para el país. No oponerse por sistema a cualquier cosa que decida el gobierno. Si el gobierno gobierna para la mitad de España y la oposición se opone en nombre de la otra mitad, pocas cosas positivas se pueden hacer. Soraya debería intentar el acercamiento hacia el gobierno, para tratar de solucionar de mutuo acuerdo las grandes cuestiones de Estado: cambiar la ley electoral; resolver, mediante pacto y no por imposición, el problema del agua; despolitizar, de una vez y por todas, la justicia; democratizar al máximo todas las televisiones públicas; etc. Dar menos sensación de anhelar el poder y demostrar más voluntad de servicio hacia los ciudadanos puede ser una buena táctica.
Por otro lado, la secuencia indica que las primeras elecciones a las que se presentó Rajoy las perdió Aznar. La hipótesis de que se perdieron a causa del 11 M es menos consistente que la que indica que lo determinante fue haber ido a Irak. Esa apreciación errónea determinó, según ha confirmado Rajoy al decir que ahora formaría su propio equipo, toda la estrategia posterior. Rajoy no se habría atrevido, entonces, a imponer sus tesis y prefirió llegar hasta el final con lo que se le imponía para que, en caso de derrota, no se le echara en cara que se la había merecido. Ahora es cuando, al parecer, se ve con las manos libres. Pero si las cosas son así, eso significa que el partido está mal concebido. No tiene órganos de discusión internos, sino que funciona a base de pruebas de fuerza.
La elección de Soraya también parece buena para Camps, puesto que González Pons, no toma excesivo protagonismo y por tanto no se convierte en rival. Tiene cuatro años por delante para intentar mejorar su posición.
Por otro lado, la secuencia indica que las primeras elecciones a las que se presentó Rajoy las perdió Aznar. La hipótesis de que se perdieron a causa del 11 M es menos consistente que la que indica que lo determinante fue haber ido a Irak. Esa apreciación errónea determinó, según ha confirmado Rajoy al decir que ahora formaría su propio equipo, toda la estrategia posterior. Rajoy no se habría atrevido, entonces, a imponer sus tesis y prefirió llegar hasta el final con lo que se le imponía para que, en caso de derrota, no se le echara en cara que se la había merecido. Ahora es cuando, al parecer, se ve con las manos libres. Pero si las cosas son así, eso significa que el partido está mal concebido. No tiene órganos de discusión internos, sino que funciona a base de pruebas de fuerza.
La elección de Soraya también parece buena para Camps, puesto que González Pons, no toma excesivo protagonismo y por tanto no se convierte en rival. Tiene cuatro años por delante para intentar mejorar su posición.
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