lunes, 31 de marzo de 2008

La frivolidad de Montilla

Se refiere el bueno de Montilla, por ponerle algún calificativo, al trasvase que reclama para Barcelona y añade que no es para hacer campos de golf, con lo que se suma a la demagogia rampante y de paso insulta a quienes necesitan agua desde mucho antes y se les niega. El insulto y la ofensa constituyen una constante en la política de hoy, tan de trinchera. Un político de trinchera ya no necesita más calificativos, el nombre lo dice todo.
Montilla, entonces, como quien no quiere la cosa, dice que el agua no es para regar los campos de golf, eufemismo con el que se estigmatiza a aquellas Comunidades Autónomas que necesitan agua, pero están regidas por gobiernos del PP. Como si sólo hubieran campos de golf en esas comunidades autónomas. Y sin tener en cuenta que la economía española depende mucho del turismo, a ver si Montilla sabe averiguar por qué. Y que hay muchos turistas que lo que desean hacer durante sus vacaciones es precisamente jugar al golf.
¡Ah!, lo que interesa a los catalanes es únicamente Cataluña. Según se desprende de las manifestaciones de sus dirigentes. De Valencia, ni el arroz. La Comunidad Valenciana es para ellos como el pariente tonto y díscolo. El agua se malgasta en esta Comunidad, se derrocha alegremente en los campos de golf y en lo que se refiere al idioma no hacemos caso a la ciencia, ¡Santo Cielo, a la ciencia!
Si la red de suministro barcelonesa pierde la cuarta parte de su caudal cada día, eso no es derroche. El dinero que se tenía que haber utilizado para reparar la red ha habido que gastarlo en la difusión de la idea del hecho diferencial y en asesores de imagen, claro. Hay cosas imprescindibles y no como los campos de golf, que tal vez no estén todos en la Comunidad Valenciana. Puede incluso que haya alguno en Cataluña.

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