Toda persona que se precie tiene una escala de valores. Tener una escala de valores significa reconocer que unas cosas tienen prioridad sobre otras. Las FARC llevan mucho tiempo asesinando, secuestrando y cometiendo todo tipo de atrocidades en Colombia. No es un grupo que haya surgido recientemente. La primera obligación de Rafael Correa, presidente de Ecuador, era la de disculparse ante Álvaro Uribe, presidente de Colombia, por no haber sabido impedir que los terroristas se refugiaran en su país. Tratándose de la lucha contra las FARC, que no es un grupo cualquiera, la violación de la frontera debe quedar en segundo plano. Es más, debería haber autorizado expresamente cualquier otra acción similar contra el mismo grupo o, en su defecto, comprometerse a impedir que ese grupo terrorista se refugiara en Ecuador. Lejos de eso, advirtió que podría haberse empezado una guerra. Pero antes que Correa, acaso antes que nadie, gritó Chávez y lo hizo tal y como se podía esperar de él, insultando a Uribe y poniéndose de parte de los terroristas. Hay personas que continuamente ponen de manifiesto su maldad, todo lo que intentan es nocivo para la humanidad y no hay modo de impedir que lleguen hasta las más altas magistraturas. Quizá llegue un tiempo en que la humanidad no pueda permitirse esos lujos y que no tenga más remedio que poner controles para evitar que personas sin principios éticos puedan dedicarse a la política.
En los ordenadores incautados a Raúl Reyes figuran documentos que vienen a poner las cosas en claro, a desenmascarar a Hugo Chávez y a su acólito Rafael Correa.
Vergonzosa la actitud de la OEA o, mejor dicho, de los presidentes de los demás países, que se pliegan ante el poder del petróleo de los venezolanos, que está en manos de Chávez. La OEA debería colaborar abiertamente con Colombia, para vencer a las FARC. La OEA debió haber censurado a Chávez, por su primer mensaje, pero el caudillo venezolano los tiene comprados a casi todos.
Lo que va comprendiendo Uribe es que todavía hay alguien peor que los terroristas de las FARC y es Hugo Chávez.
En los ordenadores incautados a Raúl Reyes figuran documentos que vienen a poner las cosas en claro, a desenmascarar a Hugo Chávez y a su acólito Rafael Correa.
Vergonzosa la actitud de la OEA o, mejor dicho, de los presidentes de los demás países, que se pliegan ante el poder del petróleo de los venezolanos, que está en manos de Chávez. La OEA debería colaborar abiertamente con Colombia, para vencer a las FARC. La OEA debió haber censurado a Chávez, por su primer mensaje, pero el caudillo venezolano los tiene comprados a casi todos.
Lo que va comprendiendo Uribe es que todavía hay alguien peor que los terroristas de las FARC y es Hugo Chávez.
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