Reparte promesas la vice, por aquí y por allá. Si gana las elecciones dedicará tantos euros a este sector; luego, va a otro sector diferente y hace una promesa similar. Esto es la democracia española. Qué lejos estamos de darnos cuenta de que lo que interesa es el bien común y la justicia. Si el gobierno se rige por la justicia, si intenta hacer lo que más convenga a todos, todos salimos ganando. Pero resulta que no es así, cada partido actúa sectariamente, en beneficio propio. Si buscaran el interés de la nación el desencuentro entre los partidos no sería tan grande.
Anda González Pons haciendo lo que sabe, buscar primeros planos, acaparar protagonismo e inventar frases supuestamente graciosas; aprovechar que juega en casa, por aquello de que De la Vega ya ni recordaba dónde está Valencia. La ha hecho caer en su juego y ha sacado fotos de cuando era niña, para demostrar que sí es valenciana. ¡Santo cielo!, en qué manos estamos. González Pons ha puesto nervioso a Camps, que no tolera tanto brillo, ni aunque sea de oropel.
Carlos Martínez Gorriarán, con el que se cuenta poco, aporta valor e ideas. El valor es evidente, puesto que forma parte de algunos movimientos cívicos contrarios a ETA, lo que en el País Vasco no resulta gratuito. Que haya decidido presentarse por Valencia, lugar en el que en principio le va a resultar muy difícil hacerse un hueco abona esa primera afirmación. Los movimientos cívicos, como el que lo tiene por uno de sus impulsores, Basta Ya, son fundamentalmente políticos, porque tratan de influir para cambiar cosas. La dificultad para lograr esos cambios, dada la nula disposición de los demás partidos, ha conllevado la creación de uno nuevo, UPyD, para lo que no han contado con ayudas, apoyos ni financiación. Gracias a internet, mucho esfuerzo y dedicación, pueden ir dando a conocer su proyecto, que ha logrado convencer a alguien tan exigente como Mario Vargas Llosa.
Puesto que los grandes partidos nos tratan como si fuéramos hinchas, haríamos bien los valencianos en estudiar las propuestas de quienes se presentan ante nosotros respetuosamente. Quienes tienen ideas y valor saben defender lo que creen justo.
Anda González Pons haciendo lo que sabe, buscar primeros planos, acaparar protagonismo e inventar frases supuestamente graciosas; aprovechar que juega en casa, por aquello de que De la Vega ya ni recordaba dónde está Valencia. La ha hecho caer en su juego y ha sacado fotos de cuando era niña, para demostrar que sí es valenciana. ¡Santo cielo!, en qué manos estamos. González Pons ha puesto nervioso a Camps, que no tolera tanto brillo, ni aunque sea de oropel.
Carlos Martínez Gorriarán, con el que se cuenta poco, aporta valor e ideas. El valor es evidente, puesto que forma parte de algunos movimientos cívicos contrarios a ETA, lo que en el País Vasco no resulta gratuito. Que haya decidido presentarse por Valencia, lugar en el que en principio le va a resultar muy difícil hacerse un hueco abona esa primera afirmación. Los movimientos cívicos, como el que lo tiene por uno de sus impulsores, Basta Ya, son fundamentalmente políticos, porque tratan de influir para cambiar cosas. La dificultad para lograr esos cambios, dada la nula disposición de los demás partidos, ha conllevado la creación de uno nuevo, UPyD, para lo que no han contado con ayudas, apoyos ni financiación. Gracias a internet, mucho esfuerzo y dedicación, pueden ir dando a conocer su proyecto, que ha logrado convencer a alguien tan exigente como Mario Vargas Llosa.
Puesto que los grandes partidos nos tratan como si fuéramos hinchas, haríamos bien los valencianos en estudiar las propuestas de quienes se presentan ante nosotros respetuosamente. Quienes tienen ideas y valor saben defender lo que creen justo.
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