martes, 25 de marzo de 2008

La prioridad de Pujol

En una entrevista concedida al suplemento XLSemanal, Pujol dice que en su libro “En mis memorias” ha dejado escrito que le había dicho a su mujer, antes de casarse con ella, que “primero Cataluña; luego, la familia”. Cualquiera sabe, sin que le quepa ninguna duda sobre ello, que la prioridad debe ser la justicia. Lo dijo Sancho Panza, precisamente en Barcelona: «Según lo que aquí he visto, es tan buena la justicia, que es necesario que se use aún entre los mesmos ladrones». Al señalar una preferencia, se impone la arbitrariedad, que acaba siendo mala para todos.
Como ejemplo, puede citarse la respuesta que dio Felipe González cuando se le preguntó que porqué había hecho el AVE a Sevilla antes que a Barcelona y respondió que porque el AVE a Barcelona tenía que hacerse de todas formas y, en cambio, si no hacía el de Sevilla en ese momento tardaría mucho en hacerse. El dinero con el que se hizo no era suyo, sino de todos los españoles, de modo que debió olvidarse de su arbitrariedad y hacer lo más conveniente y rentable para todos, en la seguridad de que ello también sería bueno para Sevilla. Se podría calcular ahora cuánto ha perdido España por culpa de esa decisión arbitraria.
En otro punto de la entrevista surge una nueva cuestión espinosa:
XL.¿Y lo hizo en catalán o en valenciano
J.P. Para mí, para los científicos y para la Academia Valenciana de la Lengua, catalán y valenciano son lo mismo.

Poco le importa que en el Reino de Valencia se haya hablado valenciano durante mucho tiempo y que incluso haya generado el Siglo de Oro de las Letras Valencianas. Pujol saca a relucir a la ciencia, ¡santo cielo, la ciencia!, olvidando que la ciencia puede averiguar la procedencia de una lengua, pero no puede decidir hacia dónde va, cosa que corresponde a sus usuarios. La parte arbitraria de Pujol se impone a la parte democrática, que quizá no existe, dada esa tendencia suya a convertirse en el Moisés de los catalanes.

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