En un discurso pronunciado ante el Parlamento israelí, Angela Merkel afirmó que el Holocausto avergüenza por completo al pueblo alemán, gesto que le honra y mediante el que se muestra contraria a todas las maneras de pensar que propician la barbarie.
Junto con Angela Merkel, deberíamos avergonzarnos los demás, seamos o no alemanes, puesto que lo se vino a demostrar con el holocausto es que hay seres humanos que bajo determinadas circunstancias devienen en nazis, kapos o similares.
No es el único episodio de la historia en el que el género humano ha dado muestras de su propensión a la barbarie, ni en el que unos seres humanos se han ensañado con otros que se encontraban totalmente indefensos. Yerran quienes piensan que se trata de un episodio aislado que no tiene ninguna posibilidad de volverse a producir en ninguna otra parte. En nuestros días, y sin salir de nuestras civilizadas ciudades, se observan comportamientos y actitudes que al proyectarlos a otros lugares u otras épocas, dan idea exacta de su crueldad.
Está muy bien, pues, recordar el Holocausto, pero también debería servir para reflexionar sobre el presente de cada uno. El mejor modo de honrar a quienes tanto sufrieron consiste en evitar sufrimientos a los demás.
Por otro lado, está la cuestión del Estado de Israel, de muy difícil arreglo en las circunstancias actuales. Es otro de los motivos que hacen indispensable la recreación de la ONU. También tendría más posibilidades de actuar en la región la Unión Europea que si son las naciones que la componen las que lo hacen por separado. Pero como viene siendo habitual los egoísmos se imponen y los deseos de mejorar el mundo quedan en segundo plano. Si la ONU fuera un organismo con capacidad para buscar la mejor y más justa solución en cada caso, sin que ninguna nación pudiera imponer el veto o desobedecer sus resoluciones, tendría posibilidades, que irían aumentando con el tiempo, de lograr la paz en la región. Y también en cualquier otra. Este sería el mejor homenaje a todas las víctimas de la barbarie humana.
Junto con Angela Merkel, deberíamos avergonzarnos los demás, seamos o no alemanes, puesto que lo se vino a demostrar con el holocausto es que hay seres humanos que bajo determinadas circunstancias devienen en nazis, kapos o similares.
No es el único episodio de la historia en el que el género humano ha dado muestras de su propensión a la barbarie, ni en el que unos seres humanos se han ensañado con otros que se encontraban totalmente indefensos. Yerran quienes piensan que se trata de un episodio aislado que no tiene ninguna posibilidad de volverse a producir en ninguna otra parte. En nuestros días, y sin salir de nuestras civilizadas ciudades, se observan comportamientos y actitudes que al proyectarlos a otros lugares u otras épocas, dan idea exacta de su crueldad.
Está muy bien, pues, recordar el Holocausto, pero también debería servir para reflexionar sobre el presente de cada uno. El mejor modo de honrar a quienes tanto sufrieron consiste en evitar sufrimientos a los demás.
Por otro lado, está la cuestión del Estado de Israel, de muy difícil arreglo en las circunstancias actuales. Es otro de los motivos que hacen indispensable la recreación de la ONU. También tendría más posibilidades de actuar en la región la Unión Europea que si son las naciones que la componen las que lo hacen por separado. Pero como viene siendo habitual los egoísmos se imponen y los deseos de mejorar el mundo quedan en segundo plano. Si la ONU fuera un organismo con capacidad para buscar la mejor y más justa solución en cada caso, sin que ninguna nación pudiera imponer el veto o desobedecer sus resoluciones, tendría posibilidades, que irían aumentando con el tiempo, de lograr la paz en la región. Y también en cualquier otra. Este sería el mejor homenaje a todas las víctimas de la barbarie humana.
2 comentarios:
La ONU es el proyecto de un gobierno mundial, de una dictadura mundial. Ningún país tiene que obedecer a la ONU. La ONU no es nadie para ordenar nada, ni para decidir qué guerras son legales y cuáles no.
En cuanto al holocausto, en todas las épocas de la historia el siervo ha tenido que reverenciar los muertos del amo más que a los propios muertos, y eso pasa en la actualidad: reverenciar los supuestos muertos del amo con películas, museos, días de conmemoración, etc., mientras los muertos de los demás, más numerosos y reales, no reciben el mismo trato.
El holocausto además no se produjo. Infórmate mejor y lo verás. Internet está lleno de textos explicándolo. De hecho, que haya leyes para obligar a creer en ello y para impedir que se investigue o que se divulgue la versión contraria demuestra que es falso. Si fuera real, como las bombas atómicas sobre Hiroshima o Nagasaki que los demócratas buenos y santos tiraron no haría falta ninguna ley.
"Yerran quienes piensan que se trata de un episodio aislado que no tiene ninguna posibilidad de volverse a producir en ninguna otra parte. En nuestros días, y sin salir de nuestras civilizadas ciudades, se observan comportamientos y actitudes que al proyectarlos a otros lugares u otras épocas, dan idea exacta de su crueldad."
Así es querido Vicente!
mira mi comentario-traducción del discurso de Merkel, en Planisferio, en él dice, lo mismo que tú, es lo que pensamos muchos...
Te daré, en unos minutos, un premio a la Calidez, muy merecido, un abrazo fuerte!
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