En el Diario Médico del 29 de febrero, hay una entrevista con el Doctor López Piñero en la que figuran las siguientes pregunta y respuesta:
-El actual ministro de Sanidad, Bernat Soria, fue alumno suyo
-Un sinvergüenza
Me había extrañado que un científico que había alcanzado tanto renombre como Bernat Soria hubiera abandonado la investigación para convertirse en ministro. Dedicándose a la investigación y dada la calidad de sus trabajos, según su propia presunción, podría haber logrado el premio Nobel. ¿Por qué tuvo que renunciar a esa posibilidad y conformarse con el oropel, que suponía en su caso, y dados sus antecedentes, el oropel de un ministerio? ¡Ah! Se trata de un sacrificio por los demás, piensa que puede ser más útil ahí. Pero esto resulta muy difícil de creer. Trabajar con un equipo de investigadores centrados en su quehacer y con la posibilidad de encontrar lo que se busca siempre a la vista parece más gratificante que el trabajo de un ministro, cuyos equipos humanos no suelen ser tan eficientes, por contar con enchufados y otra serie de inconvenientes. Por otro lado, el hecho de que se dedique a lisonjear a Zapatero pidiendo el Nobel de la Paz para él, lo que no puede sino suscitar sonrisas. No es serio que un científico haga la pelota. Quizá no tenga tanta confianza en sus habilidades como quiere hacer creer.
La explicación de todo esto ha surgido en el blog de Arcadi Espada, en donde viene publicada la carta de un comunicante suyo, cuya identidad se reserva, y en la que explica las mentiras que introduce Bernat Soria en su currículum. Estas cosas en Estados Unidos se ven de otro modo. Eugenio (que vive su cruzada particular, tratando de recuperar lo que es suyo, (http://usuarios.lycos.es/ecues/), y que en su tiempo tuvo que viajar mucho a Estados Unidos, suele decir que los estadounidenses creen en su sistema. Los españoles en cambio, más que creer en nuestro sistema somos forofo. Así, lo que interesa es atacar al contrario y cerrar filas con los propios. Así nos va.
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