Eso es algo que le ha ocurrido a un ciudadano de Valencia, abogado, cuyas iniciales figuran en el artículo del diario Levante-EMV, en el que se ha dado la noticia. No las pongo, porque carecen de interés y porque no me ha costado nada averiguar el nombre real. Lo relevante es que alguien haya sido denunciado por este motivo. En un primer momento, produce envidia, porque ¿quién no quisiera tener esa cantidad de libros? Bueno, a todos no; recuerdo a cierto presumidito, relamido y repeinado, si hubiera podido, que me dijo: ¿y una vez que has leído los libros, dónde los metes? Ésta es la cuestión.
Es sabido que Borges dijo aquello de “que otros presuman de los libros que han escrito, yo presumo de los que he leído”. Cada libro deja constancia del modo de interpretar la vida de su autor, de las cosas que le preocupan o le entusiasman. Cada libro es un universo por el que uno puede navegar contando las estrellas. Cada libro proporciona a su lector la oportunidad de indagar en su propio interior, para contrastar sus emociones y sus sentimientos. Aunque tampoco hay que olvidar que cuando un interlocutor suyo le dijo que veía un vaso y una mesa, pero no veía ni la vasidad ni la mesidad, Platón le respondió que eso ocurría porque no tenía la mente preparada para verlos. Hay que tener la mente abierta y no sometida a prejuicios para captar lo que nos rodea.Yo no tengo cinco mil libros, pero no es por falta de ganas. Ahora bien, a la vista de la noticia he comprobado que el peso de “Lo que la vida enseña”, de Pepa Fernández, que tiene 360 páginas y tapas blandas es de 500 gr. Multiplicado ese peso, que puede tomarse como medio, por cinco mil, da dos mil quinientos kilos. Supongo que si este señor no los tenía adecuadamente repartidos por la vivienda el peligro para quienes vivan debajo es evidente. La cultura pesa, y este es el motivo por el que fue denunciado por sus vecinos.
Es sabido que Borges dijo aquello de “que otros presuman de los libros que han escrito, yo presumo de los que he leído”. Cada libro deja constancia del modo de interpretar la vida de su autor, de las cosas que le preocupan o le entusiasman. Cada libro es un universo por el que uno puede navegar contando las estrellas. Cada libro proporciona a su lector la oportunidad de indagar en su propio interior, para contrastar sus emociones y sus sentimientos. Aunque tampoco hay que olvidar que cuando un interlocutor suyo le dijo que veía un vaso y una mesa, pero no veía ni la vasidad ni la mesidad, Platón le respondió que eso ocurría porque no tenía la mente preparada para verlos. Hay que tener la mente abierta y no sometida a prejuicios para captar lo que nos rodea.Yo no tengo cinco mil libros, pero no es por falta de ganas. Ahora bien, a la vista de la noticia he comprobado que el peso de “Lo que la vida enseña”, de Pepa Fernández, que tiene 360 páginas y tapas blandas es de 500 gr. Multiplicado ese peso, que puede tomarse como medio, por cinco mil, da dos mil quinientos kilos. Supongo que si este señor no los tenía adecuadamente repartidos por la vivienda el peligro para quienes vivan debajo es evidente. La cultura pesa, y este es el motivo por el que fue denunciado por sus vecinos.
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