sábado, 8 de noviembre de 2008

Elvira Lindo desbarra

Suelo leer sus columnas que, generalmente me agradan. Nunca me había parecido sectaria, quizá porque no me fijo en esas cosas, salvo que sean evidentes. No creo que quien escribe tenga la obligación de acertar, sino la de decir lo que piensa. Cuando se intenta dar un servicio al lector, se da la propia opinión, sea cual sea el prisma desde el que se miran las cosas. Ahora bien, cuando se intenta convencer al lector de algo, entonces se le está tomando el pelo. Es decir, no me imaginaba a Elvira Lindo metida en una trinchera y disparando a quien estuviera enfrente con cualquier cosa que tuviera a mano.
Lo que ha ocurrido es que la buena mujer, según cuenta en un artículo titulado ”La revolución de los VIP”, que ha publicado en El País, ha visitado Valencia y, según palabras textuales suyas, se ha dado un garbeo por el antiguo cauce del río Turia y llegó a ese gran sueño de Rita, hecho realidad. Y esto ya es un gran error, porque quizá Rita soñó con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero lo cierto es que fue concebida por el gobierno de Joan Lerma, aunque fue terminado durante el gobierno del PP. De modo que yerra el tiro Elvira, que claramente había apuntado a Rita. Así que cuando a continuación dice que el nivel de calatravismo en la sangre le subió hasta niveles inaceptables, porque no hay nada peor que la acumulación, sigue errando el tiro, puesto que de haber sabido que no es culpa de Rita no lo hubiera escrito.
Conviene aclarar, en este punto, dos cosas. La primera es que no pretendo defender a Rita y la segunda es que antes de Rita, a la entrada de Valencia, en el llamado semáforo de Europa, había un cartel que decía que Valencia se podía visitar en cuatro horas. Gracias a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, entre otras cosas, Valencia se ha convertido en un destino turístico. La gestión de Rita tiene luces y sombras, pero la nobleza obliga a reconocer que el balance es positivo.
Hay otra cuestión en la que Elvira Lindo toca de oídas y al dictado de quien le sopla la información, y se refiere al Cabanyal. Es un asunto todo lo polémico que se quiera, pero desde el momento en que todos los de izquierdas están en contra de la prolongación de Blasco Ibáñez hasta el mar y todos los de derechas a favor, ya no hay debate posible. Otra cosa sería si cada uno diera su opinión, sin importarle la línea del partido de sus preferencias. Lo cierto es que ese proyecto tampoco ha sido concebido por Rita, porque cuando surgió ella todavía no había nacido.

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