Algunos de los comentarios que ha suscitado la entrevista publicada en Periodista Digital tienen intención constructiva, o por lo menos dan esa idea. Pero la gran mayoría son indefendibles, prueba de ello es que sus autores se esconden en el anonimato. Ya he dicho alguna vez quienes deseen actuar de este modo deberían abstenerse de atacar a nadie, cosa que sólo se puede comprender si se hace a cara descubierta y en igualdad de condiciones.
En lo que respecta a la mayor parte de los comentarios que le han dedicado a Victoria Carrascosa, y también a su hermana María José, se advierte que el común denominador de todos ellos es la disconformidad con el sistema judicial español. Y no es que el sufrimiento de María José no les importe, sino que disfrutan con él y no les causa rubor decirlo. Su odio a la justicia española les lleva a ensañarse con una mujer que se sacrifica por su hija. Así son ellos.
Es posible, e incluso probable, que María José haya cometido algún error. Todo indica que durante un tiempo fue tomando, una tras otra, decisiones equivocadas. La primera es obvia, casarse con Peter Innes, persona que no demuestra tener sentimientos de ningún tipo. Ni quiere a su hija, ni ha querido nunca jamás a su ex esposa. Resulta difícil de creer que sea capaz de querer a nadie. El segundo error bien pudo ser no haberse quedado en Nueva Jersey, cuando lo tenía todo a favor ante la justicia de aquel país. Y el tercer error, este evidente, fue no quedarse en España cuando la justicia española había fallado a su favor y sabía que estaba en busca y captura en Estados Unidos.
Lo cierto es que todo el mundo comete errores y ella sí está demostrando tener un corazón enorme, un amor por su hija más allá de toda duda. Si eso no la redime a los ojos de todos, es porque quien mira tampoco tiene sentimientos. Peter Innes está demostrando una crueldad sin límites, por tanto no se le puede entregar a la niña.
El gobierno español debería asumir la defensa de María José ante los tribunales estadounidenses, decidir la estrategia más conveniente y optar por el abogado más adecuado. La obligación se la da el hecho de que los tribunales españoles han fallado a su favor y el detalle objetivo de que Peter Innes no es la persona más adecuada para que se le entregue una niña. A la que, por otra parte, no quiere.
En lo que respecta a la mayor parte de los comentarios que le han dedicado a Victoria Carrascosa, y también a su hermana María José, se advierte que el común denominador de todos ellos es la disconformidad con el sistema judicial español. Y no es que el sufrimiento de María José no les importe, sino que disfrutan con él y no les causa rubor decirlo. Su odio a la justicia española les lleva a ensañarse con una mujer que se sacrifica por su hija. Así son ellos.
Es posible, e incluso probable, que María José haya cometido algún error. Todo indica que durante un tiempo fue tomando, una tras otra, decisiones equivocadas. La primera es obvia, casarse con Peter Innes, persona que no demuestra tener sentimientos de ningún tipo. Ni quiere a su hija, ni ha querido nunca jamás a su ex esposa. Resulta difícil de creer que sea capaz de querer a nadie. El segundo error bien pudo ser no haberse quedado en Nueva Jersey, cuando lo tenía todo a favor ante la justicia de aquel país. Y el tercer error, este evidente, fue no quedarse en España cuando la justicia española había fallado a su favor y sabía que estaba en busca y captura en Estados Unidos.
Lo cierto es que todo el mundo comete errores y ella sí está demostrando tener un corazón enorme, un amor por su hija más allá de toda duda. Si eso no la redime a los ojos de todos, es porque quien mira tampoco tiene sentimientos. Peter Innes está demostrando una crueldad sin límites, por tanto no se le puede entregar a la niña.
El gobierno español debería asumir la defensa de María José ante los tribunales estadounidenses, decidir la estrategia más conveniente y optar por el abogado más adecuado. La obligación se la da el hecho de que los tribunales españoles han fallado a su favor y el detalle objetivo de que Peter Innes no es la persona más adecuada para que se le entregue una niña. A la que, por otra parte, no quiere.
1 comentario:
Querido Vicente, en mi nombre en el de muchos que como yo, creemos que la pasividad gubernamental está siendo como un lastre e indefensión de nuestros derechos como españoles, y principalmente para la familia Carrascosa, te doy las gracias por tu sinceridad directa y apoyo hacia una causa más que justificada de injusticia.
Deseo que ningún español pueda verse en esta situación jamás.
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