sábado, 29 de noviembre de 2008

Mossos d’Esquadra condenados

La Audiencia de Barcelona condenó a unos Mossos d’Esquadra a penas de cárcel por haber torturado y lesionado a un ciudadano. La Generalidad ha presentado un recurso ante el Supremo, como probablemente es su obligación. Lo que no parece tan aceptable es que la que en el momento de los hechos era la consejera de Interior, la actual consejera de Justicia, Montserrat Tura, haya desautorizado a los tribunales de justicia, alineándose con los condenados y recordando que ella no les abrió expediente en su día.
Hay algo que olvida esta señora y es que la policía no debe torturar jamás. Los necesitamos confiar en los policías y si hay alguna sospecha de que torturan no puede haber confianza sino temor. Esto sí lo entiende Joan Saura, el actual consejero de Interior. Pero creo que yerra que equivoca su táctica. Lo de poner cámaras en las comisarías debe ser la última opción. La confianza en los policías debe comenzar por los propios gobernantes. Esta confianza debería nacer del conocimiento de que los métodos empleados para establecer la cadena de mando son los correctos. Los psicópatas y los corruptos deberían estar al margen de dicha cadena y en el caso de que por su preparación tuvieran que estar, debería ser bajo estricta vigilancia. El problema que plantean los psicópatas allí en donde están siempre queda pendiente de resolver, ya que a pesar de las alertas que lanzan los entendidos, los poderes públicos no toman cartas en el asunto.
Lo que suele ocurrir en España, y Cataluña no iba a ser una excepción, es que no se conceden los ascensos a los mejores, a los más honrados o los más eficientes, sino que con los cargos premian las fidelidades. Esto ocurre también en los nombramientos políticos y al final resulta que ni los políticos ni los policías están para servir a los ciudadanos sino a aquellos que les han nombrado y les pueden quitar el cargo o empleo. Poner cámaras significa renunciar a hacer las cosas como es debido.
'Crematorio'

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