lunes, 6 de julio de 2009

El director de La Vanguardia

En el artículo titulado José Tomás y Barcelona, publicado hoy, dice dos cosas que merecen ser destacadas. La primera es que, de un tiempo a esta parte, en Cataluña se ha instalado un desorbitado interés por prohibir las cosas a golpe de decreto. Si lo dice el director del principal medio catalán, no debería echarse en saco roto. Los catalanes deberían preguntarse hacia donde van.
La siguiente frase, que copio literalmente, es esta: ‘Buscamos regularlo todo, como contraposición al sentimiento liberal que siempre ha imperado en el catalán, mucho más instalado en el dejar hacer al individuo.’ ¿No están cambiando su manera de ser los catalanes? Sería paradójico que enfrascados en la búsqueda y defensa de su identidad la perdieran, por haberla perdido de vista en su ofuscamiento.
Pero tampoco cabe echar las campanas al vuelo, no es que José Antich haya querido criticar la deriva que han tomado las cosas en Cataluña, cosa que a lo mejor, y tal y como se cuecen las cosas últimamente en España, no puede hacer. La prensa de hoy no es como la de finales de los 70. Lo que ha querido hacer el director de La Vanguardia es echar un capote a CiU y PSC, para librarlos, ya que se habla de toros, de la embestida de Esquerra e Iniciativa, que pretenden prohibir los toros en Cataluña.
En lo que respecta a los toros, puedo decir que jamás he presenciado una corrida en la plaza y que no tengo planes para hacerlo. Y dicho esto, creo que puedo afirmar que, en mi opinión, hay más crueldad en la política española que en los toros. Que se dilapiden ingentes cantidades de dinero en cosas perfectamente prescindibles me parece cruel y cínico. Por lo menos los toros viven unos cuantos años en grande.
'El reloj de Mr. Darwin'

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