En su blog, El bastón de Tiresias, el Profesor de Derecho Penal Rafael Fontán hace unas consideraciones muy acertadas sobre el funcionamiento de los tribunales de justicia españoles. Por mi parte, añado que estoy conforme con que se persiga al entorno etarra y que se impida hacer apología del terrorismo. Dicho esto, me apoyo de nuevo en el bastón de Tiresias para convenir con su propósito, puesto que esto no se hacía antes. Se conoce que ahora ha habido una orden del poder político.
El profesor de Derecho Constitucional, Jesús Neira, recordaba ayer en El Mundo, en su artículo titulado ‘La democracia ausente’, que el sistema político español no es democrático, puesto que no se dan las condiciones para que pueda ser considerado así. Una de las condiciones que faltan para que lo sea es la independencia del Poder Judicial respecto del político. Al no darse, es fácil interpretar que los jueces no están al servicio de la justicia, sino del poder. Los jueces deberían haber impedido que se hiciera apología del terrorismo por sí mismos y desde que comenzó a ocurrir.
Según los casos y sentencias que comenta el profesor Fontán, puede pensarse que la justicia no tiene como misión castigar el delito, sino perseguir a los malos. Un ciudadano puede pensar que dependiendo de quién sea el acusado se emite una sentencia u otra. A este respecto conviene recordar que con ocasión de los casos judiciales en los que se han visto inmersos algunos políticos, enseguida ha salido a relucir la adscripción política de los jueces, unos nombrados a dedo por el PSOE y otros por el PP. En estas condiciones, evidentemente, muy desesperado ha de estar un ciudadano para acudir a la justicia, puesto que no tiene demasiados motivos para tener fe en ella. ¿Sería mucho pedir a los partidos políticos que se concediera independencia total a la Justicia?
El profesor de Derecho Constitucional, Jesús Neira, recordaba ayer en El Mundo, en su artículo titulado ‘La democracia ausente’, que el sistema político español no es democrático, puesto que no se dan las condiciones para que pueda ser considerado así. Una de las condiciones que faltan para que lo sea es la independencia del Poder Judicial respecto del político. Al no darse, es fácil interpretar que los jueces no están al servicio de la justicia, sino del poder. Los jueces deberían haber impedido que se hiciera apología del terrorismo por sí mismos y desde que comenzó a ocurrir.
Según los casos y sentencias que comenta el profesor Fontán, puede pensarse que la justicia no tiene como misión castigar el delito, sino perseguir a los malos. Un ciudadano puede pensar que dependiendo de quién sea el acusado se emite una sentencia u otra. A este respecto conviene recordar que con ocasión de los casos judiciales en los que se han visto inmersos algunos políticos, enseguida ha salido a relucir la adscripción política de los jueces, unos nombrados a dedo por el PSOE y otros por el PP. En estas condiciones, evidentemente, muy desesperado ha de estar un ciudadano para acudir a la justicia, puesto que no tiene demasiados motivos para tener fe en ella. ¿Sería mucho pedir a los partidos políticos que se concediera independencia total a la Justicia?
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