La forma de hacer política en España cada día es más inquietante. Cabría tildarla de bochornosa, si no fuera por lo que hay en juego. Se anuncia una paga para los parados que hayan agotado su prestación, como explica Leire Pajín en su blog:
‘Un gobierno sensible y responsable, en mi opinión, no puede mirar hacia otro lado cuando las dificultades ante una situación de desempleo se convierten en palabras mayores a partir del momento en que se acaba la prestación.’
Y luego resulta que no es para todos, sino sólo para los que se queden sin subsidio a partir del 1 de agosto. Acaso, quienes idearon la campaña en el PSOE, no previeron que la liebre iba a saltar, o por lo menos no pensaban que saltara tan pronto. Quizá estaban entusiasmados pensando en los beneficios electorales que les iba a suponer tal derroche de bondad. Hay que creerlo así, puesto que la respuesta que han dado (aquellos a los que se les terminó el subsidio antes han tenido más tiempo para buscar trabajo) es francamente estúpida. A quien la ha dicho se le palpa el desconcierto, tampoco acaba de entender el quid de la cuestión y en busca de una respuesta lógica no ha podido encontrar otra mejor.
Ahora se anuncia que Zapatero estudia ampliar la ayuda. Era de esperar. Si toma una medida con el fin de ganar votos y resulta que por cada uno que gana pierde tres, no cabe ninguna duda que hará lo posible para que las cosas no queden así. La cuestión es que acaba de decir que ‘no hay para todos’, por lo que surgen nuevas preguntas: ¿De dónde sacará el dinero, entonces? Si ya ha hipotecado a nuestros nietos, nada le impide hipotecar a los nietos de los nietos. Cualquier cosa antes que afrontar la crisis. Ya se irá por donde ha venido. Lo único que le importa es ganar las próximas elecciones.
‘Un gobierno sensible y responsable, en mi opinión, no puede mirar hacia otro lado cuando las dificultades ante una situación de desempleo se convierten en palabras mayores a partir del momento en que se acaba la prestación.’
Y luego resulta que no es para todos, sino sólo para los que se queden sin subsidio a partir del 1 de agosto. Acaso, quienes idearon la campaña en el PSOE, no previeron que la liebre iba a saltar, o por lo menos no pensaban que saltara tan pronto. Quizá estaban entusiasmados pensando en los beneficios electorales que les iba a suponer tal derroche de bondad. Hay que creerlo así, puesto que la respuesta que han dado (aquellos a los que se les terminó el subsidio antes han tenido más tiempo para buscar trabajo) es francamente estúpida. A quien la ha dicho se le palpa el desconcierto, tampoco acaba de entender el quid de la cuestión y en busca de una respuesta lógica no ha podido encontrar otra mejor.
Ahora se anuncia que Zapatero estudia ampliar la ayuda. Era de esperar. Si toma una medida con el fin de ganar votos y resulta que por cada uno que gana pierde tres, no cabe ninguna duda que hará lo posible para que las cosas no queden así. La cuestión es que acaba de decir que ‘no hay para todos’, por lo que surgen nuevas preguntas: ¿De dónde sacará el dinero, entonces? Si ya ha hipotecado a nuestros nietos, nada le impide hipotecar a los nietos de los nietos. Cualquier cosa antes que afrontar la crisis. Ya se irá por donde ha venido. Lo único que le importa es ganar las próximas elecciones.
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