Aún no hemos salido de la crisis y ya se está gestando la siguiente. Aquellos bancos americanos que sin ayudas estatales se hubieran ido al garete ya respiran. Como consecuencia, están devolviendo el dinero al gobierno, pero lo hacen para que sus directivos se puedan poner los sueldos que quieran. Naturalmente que tienen excusa para eso. Las excusas de los poderosos siempre tienen mejor fortuna que las de los pobres. Si un pobre dice que no ha pagado la cuota de su hipoteca porque su hija de dos años tenía hambre, no cuela la excusa.
Las modas que surgen en Estados Unidos suelen seguirse en todo el mundo, también en España, de modo que a lo mejor ésta ya está aquí y no nos hemos enterado. Alegan que si no tienen sueldos altos se van a la competencia. ¿Y qué ocurriría entonces? Siendo en gran parte responsables de la crisis, puesto que tenían todo lo que se necesitaba para preverla, en lugar de tratar de impedir que llegara la propiciaban, empujaban hacia el abismo. Luego, metieron a Madoff en la cárcel y con ello ya dan por saldada la cuenta. Alguien tenía que pagar.
Se conoce que si no se consienten los caprichos de los duros de corazón el mundo no gira. Necesitan incentivos para centrarse en su tarea, esos mismos incentivos que al actuar como las orejeras de los burros les llevaron a mirar sólo hacia el bocado apetecido, olvidando todo lo demás, y que acabó por provocar el desastre económico en el que estamos metidos, muchos sin comerlo ni beberlo. Las propuestas que se hacen entre las personas sensatas consisten en mantener los dichosos incentivos o bonus, pero añadiendo una penalización o malus para el caso de que de sus decisiones se derive alguna pérdida o calamidad. Pero no consta, sin que se sepan los motivos, que hayan incorporado este detalle. ¿Será porque no se chupan el dedo?
Las modas que surgen en Estados Unidos suelen seguirse en todo el mundo, también en España, de modo que a lo mejor ésta ya está aquí y no nos hemos enterado. Alegan que si no tienen sueldos altos se van a la competencia. ¿Y qué ocurriría entonces? Siendo en gran parte responsables de la crisis, puesto que tenían todo lo que se necesitaba para preverla, en lugar de tratar de impedir que llegara la propiciaban, empujaban hacia el abismo. Luego, metieron a Madoff en la cárcel y con ello ya dan por saldada la cuenta. Alguien tenía que pagar.
Se conoce que si no se consienten los caprichos de los duros de corazón el mundo no gira. Necesitan incentivos para centrarse en su tarea, esos mismos incentivos que al actuar como las orejeras de los burros les llevaron a mirar sólo hacia el bocado apetecido, olvidando todo lo demás, y que acabó por provocar el desastre económico en el que estamos metidos, muchos sin comerlo ni beberlo. Las propuestas que se hacen entre las personas sensatas consisten en mantener los dichosos incentivos o bonus, pero añadiendo una penalización o malus para el caso de que de sus decisiones se derive alguna pérdida o calamidad. Pero no consta, sin que se sepan los motivos, que hayan incorporado este detalle. ¿Será porque no se chupan el dedo?
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