Miguel Ángel Fernández Ordóñez, refiriéndose a la CAM, ha dicho que es lo peor de lo peor, y teniendo en cuenta que puede decirse ninguna caja de ahorros, la gravedad del asunto es evidente. Lo remarcable del caso, no obstante, es que MAFO lo ha dicho como si no fuera con él la cosa.
Es el gobernador del Banco de España y no se siente responsable de la situación. No ha dicho nada de dimitir, ni de pedir responsabilidades a los auditores que a lo largo de los años pasados no se han enterado de nada, pero sí que han estado cobrando enteros sus sueldos, como si hubieran hecho su trabajo.
En la misma comparecencia pública ha explicado que el proceso de nacionalización de tres cajas, Unnim, Novacaixagalicia y Catalunya Caixa, precisa de la aportación pública de 7551 millones de euros. Y por la manera de decirlo, parece ser que la cuestión se reduce a poner ese dinero y ya está. Nada de pedir responsabilidades, de recuperar lo que se pueda de los bolsillos de los culpables, después de meterlos en la cárcel, ni de preguntar a los auditores del propio Banco de España a qué se han dedicado durante todos estos años durante los que se ha estado consumando la catástrofe.
El Banco de España no nos sale barato a los contribuyentes. Debería servir para algo.
Volviendo a la CAM, Modesto Crespo, su presidente, fue nombrado por Francisco Camps, que tampoco se siente culpable de nada. Debería explicar, al menos, por qué lo nombró, y a continuación pedir disculpas e inmediatamente, y dado que ahora se tiene por experto legal, ver el modo de exigirle responsabilidades. Modesto Crespo, a pesar de el cargo de presidente de la CAM es honorario y gratuito, encontró el modo, sin que la Generalidad Valenciana y el Banco de España, se opusieran, de otorgarse un sueldo muy sustancioso.
Lo peor de lo peor no es lo que dice MAFO, sino la indefensión de los contribuyentes.
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