lunes, 24 de octubre de 2011

El Levante U.D., líder

Creo que es conveniente que avise de que no sigo el fútbol desde hace años y que ni siquiera vi el partido en el que España ganó el Mundial. La razón es que el fútbol ya no es deporte. Hay tanto dinero en juego que cuando se pierde un partido da la impresión de que se ha perdido una guerra.
No sólo mueve mueve mucho dinero el fútbol, sino que sus dirigentes tienen privilegios sobre los demás mortales. Consiguen licencias de obra en tiempo récord, cuando acometen obras de ampliación, o de lo que sea, invaden terrenos que no son suyos, se les conceden recalificaciones, etc. Además de todo eso, son remisos para pagar a la Seguridad Social y me temo que alguna se les han perdonado impuestos y cotizaciones. Sin contar con que han contribuido al descalabro financiero de las televisiones públicos. Para gozar del fútbol hay que cerrar los ojos a un sinfín de asuntos.
Por eso ahora me alegro de que un equipo modesto, como es el Levante U.D., cuyo presupuesto puede que sea el más bajo de primera división, vaya por delante de todos esos equipos millonarios. No me extrañaría que varios jugadores cobraran cada uno de ellos al año una cantidad superior al presupuesto del Levante. ¿Cómo justifican ahora los directivos todo ese derroche?
Ojalá los jugadores del Levante no se vengan abajo, ni se asusten de su hazaña, ni se endiosen a causa de las alabanzas. Si logran mantener la entereza hasta el final, habrán hecho un gran bien al fútbol español en particular y a España en general, puesto que habrán desmontado un tinglado de considerables dimensiones.
Hay varios libros sobre el Centenario, porque el hecho de que el club sea modesto no implica que sea reciente. Yo colaboré en el titulado “Tus colores son los míos”, en el que más de cien valencianos hablan de este club.

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