lunes, 29 de octubre de 2012

¡Pobre Rubalcaba!

Creo que si en lugar de Zapatero el presidente hubiera sido Rubalcaba ahora no estaríamos tan mal. En realidad, con cualquier otro presidente, José Bono, Rosa Díez, Mariano Rajoy, que hubiéramos tenido estaríamos mejor ahora.
El problema de Rubalcaba fue que tuvo que ayudar a Zapatero a lograr la presidencia con aquella astucia suya en forma de eslogan: queremos un gobierno que no nos mienta. Y ahí enterró buena parte de sus posibilidades de llegar a la presidencia de España. No obstante, aún tuvo una que no supo aprovechar.
Rubalcaba ha tenido, si no me equivoco, todos los cargos, excepto el de presidente del gobierno, que es por el que se postula ahora sin que se vea ninguna posibilidad de que pueda conseguirlo, por la sencilla razón de que le conoce como un eficaz maniobrero en la sombra, lo que hace que nadie, ni siquiera en su partido, se fíe de él.
La ocasión que dejó pasar, por falta de decisión tuvo lugar cuando Zapatero, con harto dolor de su corazón, le ofreció la vicepresidencia, para que intentara enderezar la situación. En ese momento debió plantarse exigiendo la presidencia o nada. Y se lo hubieran tenido que aceptar, porque el crédito de Zapatero ante la opinión pública se había perdido ya. Lo que ocurrió a continuación fue que el gobierno de España pasó a ser bicéfalo. Y luego aún peor, porque el aspirante Rubalcaba presentaba un programa y el presidente Zapatero hacía lo contrario.
Todo lo anterior demuestra que el sistema político español no funciona, puesto que permite episodios tan grotescos como los descritos, y otros que están sucediendo en la actualidad. En el PP también se han dado situaciones equiparables, de modo que es urgente cambiar el sistema político. Es lo que debería hacer Rubalcaba, proponer ese cambio. También podría hacerlo Rajoy, pero ya se ve a éste con pocas ganas de poner en peligro su cargo político.

No hay comentarios: