sábado, 20 de octubre de 2012

Recorte insuficiente en la CV

En la Comunidad Valenciana se van a cerrar alrededor del sesenta por ciento de las empresas públicas. Es decir, que no son necesarias. El mundo puede seguir girando sin ellas. ¿Qué pasa con el dinero que han gastado hasta el momento? Pues nada, ya está gastado. ¿De quién era ese dinero? De los contribuyentes, ¿de quién iba a ser? Y a los que crearon esas empresas se les ponen medallas, o en su defecto, coche, chófer y secretaria.
Cuando se dice que esto es una merienda de negros no hay que entender que quienes se comen la merienda son estrictamente negros. Pueden ser pelirrojos, blancos, morados o castaños. Quizá amarillos, y que no se me molesten los chinos que andan por estos lares. Ni los japoneses, estos sólo de paso, tampoco.
Entre los recortes está el de la Academia Valenciana de la Lengua. En este caso, el recorte es del quince por ciento, cuyo resultado da seiscientos mil euros. Fácil es deducir cuánto se lleva la AVL. Y las farmacias sin cobrar; y si las farmacias no cobran tampoco pueden reponer los medicamentos que se llevan los clientes. Hay que recordar que la AVL fue una exigencia de Jordi Pujol a José María Aznar, que necesitaba sus votos. Bastó que el tal Aznar enarcara una ceja (la suya, no la de Zp) para que Zaplana y González Pons se apresuraran a cumplir sus deseos. Podemos estar orgullosos de nuestros políticos: no se chupan el dedo. Pero ahora, sin que yo sepa exactamente por qué, todo apunta a que Aznar y Zaplana nadan en la abundancia, y personalmente creo que González Pons también. Pujol sumió en la ruina unos cuantos accionistas de Banca Catalana, pero creo que él no está en la ruina. En la política, oficialmente, tampoco, por lo que la AVL podría desaparecer por completo. Y junto con la AVL otras tantas tonterías caras, como el CVC, el CJC, etc.
Lo de pagar a las farmacias, dependientes, etc., es primordial.

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