martes, 16 de octubre de 2012

Quiero hablar de la vaca

Como en el famoso episodio de Paco Umbral. Según lo recuerdo, Mercedes Milá convocó a Paco Umbral para hablar de su libro, pero en el transcurso del programa éste se dio cuenta de que todo era una encerrona, puesto que se hablaba de cosas que no tenían que ver con aquello para lo que había sido llamado y tampoco se vislumbraba ninguna posibilidad de que fuera a ocurrir, quiso desvelar la trampa y dijo: yo he venido aquí a hablar de mi libro.
Ahora algunos intentan imitar el estilo del escritor y otros utilizan algunos de sus recursos literarios. Como nunca veo la televisión, ignoro si alguien ha intentado imitar a la locutora. Puede que eso de dejarse tocar las tetas en directo o enseñar el trasero a las cámaras, sea más difícil.
La vaca también está esperando que se hable de ella, pero ya se sabe que las vacas no tienen prisa. La cuestión es que Artur Mas premió a una vaca. Ocurrió hace unos meses, pero el asunto es curioso, porque Mas llegaba tarde y utilizó un helicóptero. Por más empeño que ponga, no logro imaginar que este presidente de los catalanes lo pagara de su bolsillo. Tampoco que se lo hiciera pagar al responsable de su agenda. Es decir, los recortes no son para todos, sino principalmente, o quizá sólo, para los pobres.
Bueno, tampoco a todos los pobres. No es probable que los recortes alcancen al pobre Gabarró, presidente de Gas Natural, que todavía no le ha dicho nada a Mas sobre su desvarío. O al también pobre Ferrero, dueño de Nutrexpa y de Cuétara, que asistió a la manifestación en la que uno de los lemas era “Espanya ens roba”.
Eso de ducharse con agua calentada por Gas Natural y desayunar con galletas Cuétara se está convirtiendo en un acto masoquista. Y disponer de cuenta en un banco catalán.

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