martes, 5 de marzo de 2013

El Banco de España y Alfredo Sáenz

Todo el mundo sabe que José Luis Rodríguez Zapatero, el anterior presidente del gobierno, tiene muy buenas intenciones. Que con ellas consiguiera empedrar todo un infierno de colosales proporciones dejando el terreno abonado para que los oligarcas consigan todo lo que soñaron no considera que forme parte de su responsabilidad.
Una de las últimas obras benéficas que llevó a cabo el anterior presidente del gobierno fue la de indultar a un pobre hombre, protegido de Emilio Botín, o eso parece, a Alfredo Sáenz, altísimo cargo en el Banco Santander. Fue tal el fervor que puso Zapatero en esta buena acción que, según el Tribunal Supremo, se extralimitó en sus atribuciones.
Habría que hacer un inciso para apuntar que resulta inconcebible que un juez trabaje con denuedo para llegar a una conclusión y dictar sentencia acto seguido, y que después de todo esto llegue alguien del mundo de la política y lo desbarate todo promulgando un indulto, y entonces el juez se queda con un palmo de narices. Un político en España no sólo puede destruir puestos de trabajo, sino que también puede desbaratar el trabajo que han hecho otros.
Y ahora que el Tribunal Supremo ha dicho que Zapatero se extralimitó llega la hora del Banco de España, porque Botín mantiene en su puesto a Sáenz. Lo cual significa que si el Banco de España atiende a lo que demanda el Tribunal Supremo, Botín puede poner mala cara. Y Zapatero también, y probablemente tampoco le guste a Rajoy. Mariano Rajoy, actual presidente del gobierno, el dueño del tiempo. Si Zapatero era el rey del buenismo, Rajoy es el amo de la parsimonia. Uno hacía lo que le daba la gana y el otro hace lo que quiere. Pero con ambos, los bancos ganan.
Si se tratara de un empleado, el Banco de España no se plantearía nada. Habría actuado ya.

No hay comentarios: