miércoles, 27 de marzo de 2013

Cuando se acabe la crisis

Algunos plantean la salida de la crisis para 2014. Demasiado optimista me parece, aunque puede ser. Son muchos los años lo que viene durando esta situación y desde el principio se ha ido pensando que al año siguiente se saldría de ella.
Se saldrá, no cabe duda. Aunque sólo sea porque la gente se haya acostumbrado a malvivir y porque la tasa de paro haya disminuido, aunque la mayor parte de la gente tenga trabajos infrahumanos.
Saldremos de la crisis, de un modo o de otro, y nos dirán que se conseguido gracias a que se han quitado derechos a los trabajadores y se han bajado los salarios. Eso es mentira. Una sociedad no avanza animalizando a sus componentes. Los derechos que se han quitado a los trabajadores habrá que devolverlos un día u otro. El tal Joan Rosell puede cubrirse de gloria desempeñando el papel que tiene asignado, pero cada día dice una tontería más grande que la del día anterior.
Resulta ridículo que Rosell y compañía se suban el sueldo, a pesar de que ganan cantidades desorbitadas y exijan que se les rebaje los salarios a quienes lo tienen exiguo.
Rosell y compañía han aprovechado la crisis para conseguir lo que llevan mucho exigiendo. Todas esas cosas que se ha quitado a la gente de a pie no impedían que se crearan puestos de trabajo. Y el hecho de haberlas quitado ha servido para que mucha gente vaya al paro, no para crear puestos de trabajo.
Lo que no se suele tener en cuenta estos días es el origen del desaguisado. El principio de todo está en esta dictadura disfrazada de democracia, en la que los oligarcas navegan a sus anchas, y en los disparates cometidos en la época de Zapatero. Muchos de los que ahora atacan con saña al PP callaban entonces.
Para salir en condiciones de la crisis hay que desactivar el sectarismo y la oligarquía.
 

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