miércoles, 15 de enero de 2014

La venta del Valencia CF

Parece irremediable la venta del club de fútbol más importante de la ciudad, que no el más antiguo. Y también puede dejar de ser el más importante, porque si se tratara de una empresa hubiera desaparecido.
Un club de fútbol debería ser una empresa, pero no lo es, porque dicen que es un 'sentimiento'. Y cuando alguien habla de sentimientos ya se sabe que las carteras de los contribuyentes, comulguen o no con ruedas de molino, van a ser aligeradas.
Puesto que el Valencia CF es un sentimiento las autoridades locales han comprometido el dinero de los valencianos y la estampa de la ciudad. Y ahora el club va a ser vendido a quien disponga del dinero necesario y tenga el capricho de comprarlo. “Para saber lo que piensa Dios del dinero no hay más que fijarse en a quiénes se lo da”.
El Valencia CF es un sentimiento, dicen los aficionados al fútbol, pero no ponen ni un céntimo sobre la mesa. Esperan que salga de los impuestos de quienes no tenemos nada que ver con el fútbol.
El Valencia CF es un sentimiento, pero los socios corrieron a venderle sus acciones a Paco Roig cuando éste les ofreció un poco más de lo que habían pagado por ellas. Al convertir el club en Sociedad Anónima se procuró que la propiedad estuviera muy repartida. Pero ya se ve que bastó con que alguien ofreciera un pequeño beneficio para que pasara a estar concentrada.
Y estos que vendieron sus acciones para ganar unos céntimos son capaces de insultar a futbolistas que se van a otro club que les paga más.
Y el sentimiento que queda al final es el de quienes no teniendo nada que ver con ese mundillo hemos de soportar que el dinero de nuestros impuestos quede sepultado en estos 'negocios'.
Acaso Rita Barberá y José Luis Olivas ni siquiera consideren la posibilidad tener alguna responsabilidad moral en este asunto.

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