sábado, 11 de enero de 2014

Tarragona tiene un alcalde demócrata

Josep Félix Ballesteros, del PSC, alcalde de Tarragona, se niega a entregar el censo electoral si el Estado no le da permiso para ello.
El enloquecido personaje que (mal) gobierna la autonomía catalana pretende que se salte la ley y le obedezca.
Cualquier demócrata sabe que el cumplimiento de las leyes es fundamental para que haya democracia. Algunos antidemócratas salen ahora con la cantinela de que las leyes injustas no deben cumplirse, ignorando que en una democracia no hay leyes injustas, sino, como mucho imperfectas y hay cauces para mejorarlas.
Las leyes que rigen en España fueron refrendadas por los españoles y son los representantes políticos, entre ellos el enloquecido presidente autonómico catalán, los más obligados a cumplirlas.
Las leyes españolas son imperfectas, como se va viendo, porque individuos como el citado presidente de la autonomía catalana puede comportarse de forma enloquecida sin que lo metan en la cárcel y el alcalde de Tarragona puede ser criticado precisamente por cumplir la ley.
La Vanguardia, ese periódico tan subvencionado, titula la noticia diciendo que el PP celebra que el alcalde de Tarragona no ceda el censo. Es sabido que en Cataluña, actualmente 'un paraíso de la democracia', se trata de aislar a quienes no comulgan con ruedas de molino. Concretamente, al PP se le viste de demonio. Yo puedo estar de acuerdo en que en el PP hace falta más democracia, pero en este caso debo añadir que el PSC, curiosamente el partido del alcalde, es peor, mucho peor. Y si pasamos a los siguientes, Izquierda Unida en Cataluña, CiU y ERC, el panorama ya no es malo, sino aterrador. Compadezco a los catalanes. No me extraña que algunos se hayan ido de allí, otros quieran irse y los que se han tenido que quedar y no se han contagiado de la peste nacionalista lo pasan mal.

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