miércoles, 30 de diciembre de 2015

La broma de las dos alcaldesas

Gastaron la broma, inocentada, como se llame, de que iban a intercambiar las alcaldías durante dos semanas. No se habría enterado nadie.
Ambas se han aupado a sus respectivas alcaldías a lomos de Podemos, y eso ya se sabe lo que significa.
Hay un baremo que no falla para evaluar la calidad ética de los partidos políticos y es el respeto que sienten por las víctimas del terrorismo como tales, independientemente de que sean mejores o peores personas, que caigan mejor o que caigan peor. Las víctimas del terrorismo son unas víctimas totalmente inocentes, sufrieron los atentados no por ellas, sino para aterrorizar a toda la sociedad. Por tanto, la sociedad entera está en deuda con ellas y debe ampararlas. Aunque no se esté de acuerdo con ellas, o no guste su proceder en algunos casos, en cuanto a víctimas merecen toda la ayuda que necesitas.
Dentro del mundo de las víctimas, considero que Covite es una asociación ejemplar, puesto que no se deja manipular por nadie y se centra en defender los intereses de las víctimas que son los de toda la sociedad. Su presidenta, Consuelo Ordóñez, una de las personas de más valía que hay en España, abandonó su partido de toda la vida para proteger su independencia. Pero esta es otra historia, la cuestión, con Covite o sin Covite, es el respeto por las víctimas, cosa que se aprecia a través de los gestos palabras o actos.
El respeto de Podemos por las víctimas está aproximadamente a la altura del de Bildu, y con esto ya está dicho casi todo.
Colau está alcanzando mucha popularidad, pero cada vez que habla desbarra. Para ponernos en contexto baste recordar que Fernando Savater logró alrededor de 68000 votos. La evidencia demuestra que la gente prefiere lo zafio a lo excelente.
De las simpatías de Carmena por las víctimas más vale no hablar.

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