martes, 22 de diciembre de 2015

Lo de Aznar clama al cielo

Es difícil encontrar a alguien que examine las cosas desde distintos ángulos y no sólo desde el que le conviene; más difícil todavía es encontrar a alguien que asuma sus responsabilidades.
Ninguno de los dos casos parece ser el de Aznar. No es que Rajoy lo haya hecho bien durante su mandato, pero cuesta mucho imaginar que Aznar lo hubiera hecho mejor si hubiera estado en el sitio de Rajoy en el momento y circunstancias en que le ha tocado estar. Ambos han llegado a la presidencia del gobierno en circunstancias especialmente distintas.
Tampoco asume Aznar que gran parte de los problemas con que se ha enfrentado Rajoy tienen su origen en él mismo. En su primera legislatura, Aznar fue un presidente modesto y aplicado, que trataba de hacer las cosas del mejor modo que podía y tuvo suerte. En la segunda legislatura ya le dio el ataque de megalomanía, ya se atrevió a unirse a Bush y Blair en contra de la opinión de toda España e incluso de su partido. No dio la talla cuando los atentados del 11 M, lo que propició el triunfo del PSOE, y en la primera legislatura de Zapatero no permitió que Rajo hiciera oposición, puesto que seguía manejando los hilos del partido, y lo dedicó a repartir la cantinela de los autores intelectuales del atentado.
Aznar pudo hacer que el CGPJ fuera totalmente independiente y esto de forma irreversible, con lo cual nos habríamos evitado gran parte de la corrupción, porque el miedo a ir a la cárcel habría frenado a muchos corruptos, y cabe pensar que muchos de los crímenes de ETA que están por resolver se habrían resuelto. Pudo haber sacado a relucir los trapos sucios de Pujol, porque es imposible que no supiera nada.
Una ventaja que tuvo Aznar fue que Fraga no anduvo criticándolo todo el tiempo, como él hace con Rajoy.

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