viernes, 18 de diciembre de 2015

La catalanización del Reino de Valencia

No se me olvida que la denominación oficial, a la que se llegó por consenso, es Comunidad Valenciana, pero a la vista de que otros se empeñan en emplear un término absurdo y que jamás se bajarán del burro (les corresponde la segunda parte del dicho 'más vale errar que ser herrado'), opto por usar el nombre correcto, que es Reino de Valencia.
Lo segundo es que los catalanistas que mandan ahora en el ayuntamiento y en la Generalidad van aireando las trapazas de quienes les precedieron, como si ello les legitimara a actuar de cualquier modo. Es como si dijeran: hemos quitado a los malos y ahora estamos los buenos. Pero lo de que son buenos lo piensan ellos, todavía lo han de demostrar y yo diría que es imposible que lo consigan.
De momento, demuestran poco respeto por los ciudadanos. Lo llenan todo de carteles en catalán, con lo cual no me entero de nada. Como si en el Reino de Valencia no se hubiera hablado nunca en español.
Voy por la calle y todas las notas publicitarias del ayuntamiento en el mobiliario urbano están en catalán. Para mí, como si estuvieran en blanco. Voy al ambulatorio y todos los paneles indicadores están en catalán. ¿Cómo puedo saber yo en estas condiciones a qué planta tengo que ir?
Estos tipos toman la lengua no como un vehículo de comunicación entre las personas, sino como un arma de guerra. Una obligación que imponer. En democracia, los políticos son servidores de los ciudadanos, pero como la española es una democracia imperfecta nos dicen lo que hemos de hacer: ¡Usted tiene que aprender catalán por narices! Pues no. Ni por narices, ni por nada. Yo elijo mis prioridades y la catalana no es una de las lenguas que más me interesan.
Por cierto, yo no tengo la culpa de lo que hicieron los de antes, porque no los voté. Tampoco tengo la culpa de las cacicadas de los de ahora.

No hay comentarios: