lunes, 21 de diciembre de 2015

No se trataba del voto indeciso

En periodo electoral siempre se habla del voto indeciso, al que se pretende captar con los envíos electorales, etc.
Pero no se puede hablar de voto indeciso cuando los votantes dan unos bandazos espectaculares. Todos los votos que se le han ido al PP no los ha recogido Ciudadanos, que sería lo lógico; por tanto, deben de haberse ido a Podemos o al PSOE. Hay que tener en cuenta además que Ciudadanos también ha recibido votos del PSOE y Podemos. Con lo cual cabe llegar a la conclusión de que no trataba de voto indeciso, sino de voto loco.
El mapa político resultante asusta, habida cuenta del extremo egoísmo y falta de generosidad de nuestra clase política. Ninguno de todos va a pensar en el bien de los ciudadanos, sino en sus intereses particulares. Y más todavía que lo anterior asustan las reacciones de muchos votantes, que en lugar de fijarse en los perjuicios que podemos sufrir en adelante se regocijan en el hecho de el PP lo tiene mal.
Todos los votos emitidos con todo tienen un componente suicida. España, hoy por hoy, es un país con pulsiones autodestructivas. Baste decir que Fernando Savater, que era una de las pocas personas que aportaba generosidad, puesto que mientras la mayoría se ha batido el cobre para estar en las listas él ha estado por hacer un sacrificio, tan sólo ha conseguido 68470 votos. Los madrileños son capaces de votar a Carmena, que soltaba etarras, y dar la espalda a Savater, que ha sacrificado su carrera académica para centrarse en la lucha contra ETA. Otrosí, los que han recuperado su dinero de las preferentes, en lugar de votar al partido que lo hizo posible, se han echado al monte y han votado a la demagogia, cuna de todos los males que nos afligen.
Es ilusorio en estos momentos esperar el mal menor, que sería una coalición PP/PSOE.

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