domingo, 10 de enero de 2016

Cataluña ya tiene presidente

Las cosas en Cataluña están así:
Presidente de la Generalidad: Carlos Puigdemont
Alcaldesa de Barcelona: (h)Ada Colau
A la vista de estos datos cabe concluir en que con el actual presidente de la Generalidad (también con el de antes) y la actual alcaldesa de Barcelona (que vive en un mundo mágico, puesto que sin tener idea de nada ha logrado la alcaldía de la segunda ciudad española) dejan sentadas y bien sentadas las bases de la superioridad racial de cultural de los catalanes sobre el resto de los habitantes del planeta.
Dicho esto, cabe pasar a lo siguiente: Puigdemont tiene claramente atrofiadas las funciones cerebrales que dan lugar al entendimiento. Había una expresión, que ahora se usa poco, en la que se habla del serrín. Esto es, sus oquedades cerebrales fueron rellenadas en su día con serrín, y quizá entonces no se notó, pero ahora ya es evidente la cosa.
Si estuviera rodeado de gente en su sano juicio, cuando dijo que los invasores serán expulsados de Cataluña la carcajada habría sido estruendosa. Quizá alguien habría llamado discretamente a los loqueros.
Pero ha de haber un número muy importante de personas que están mal de la cabeza para que Puigdemont (o Mas) y Colau se les hayan colado de esta manera. Dentro de tres días, o quizá menos, a Cataluña no la va a conocer ni la madre que la parió.
Aquella región tan eficiente y laboriosa, que iba camino de convertirse en la más próspera de Europa se está convirtiendo a pasos forzados en un lugar inhabitable y ridículo.
Inhabitable, porque para vivir ahí hay que volverse majara perdido, de lo contrario no hay modo de prosperar y ridículo porque se inventan cosas imposibles y tienen comportamientos contradictorios. Si dicen que invadieron el Reino de Valencia (pasando por encima del historiador Ubieto) eso es bueno y reclaman sus derechos, e incluso que obligaron a los valencianos a hablar en catalán.
Viven en un mundo de ficción.

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