viernes, 29 de enero de 2016

El ruido y la furia

Mientras la atención se centra en la redada policial en Valencia quedan en segundo plano otros detalles.
Uno de ellos es que se ha dado la casualidad de que la operación ha venido a coincidir, quizá casualmente, con la pérdida de poder del PP. Este detalle debería traer de nuevo a la actualidad el asunto de la separación efectiva de poderes, que ninguno de los partidos que han obtenido representación parlamentaria lleva en su programa.
Los catalufos llevan tiempo hablando de la corrupción en el Reino de Valencia, al que ellos dan otro nombre. Los hechos demuestran que los supuestos corruptos valencianos corren más riesgo de ir a la cárcel que los catalanes, a pesar de que la corrupción de estos lleva mucho más tiempo produciéndose y es de proporciones mayores.
Había muchas burlas hacia los valencianos, por aquello de que votaban siempre a los corruptos. Ahora que mandan otros se ven los motivos. La cuestión era catalanistas o PP. Ya están los catalanistas haciendo de las suyas. Llenan todo de carteles en una lengua que yo no entiendo, aunque también pago impuestos. En estas condiciones, estoy totalmente desinformado. He avisado ya en mi Centro de Salud. Suelo leer los carteles que ponen, pero si contienen alguna recomendación y van en catalán no me voy a enterar.
El sectarismo y el menosprecio a los ciudadanos son otras formas de corrupción. Por otro lado, si no hay separación efectiva de poderes todos acaban corrompiéndose. El autoritarismo degenera la democracia.
El nacionalismo es ideología perversa, puesto que se basa en el egoísmo y el odio. El nacionalismo de izquierdas es mentira. O se es nacionalista o se es de izquierdas.
Se ignora la corrupción que puede haber en el País Vasco. No cabe olvidar que el miedo es un factor muy importante en esa Comunidad Autónoma. En Andalucía la corrupción es vista de otro modo, quizá incluso haya miedo a que desaparezca.

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