jueves, 21 de enero de 2016

Rajoy, sin hacer ruido

El presidente del gobierno en funciones puede pensar que consiguió lo que quería, que era acceder al cargo que ocupa. Pero todo podría haber sido de otro modo. Si tras el 11-M Aznar no se hubiera empeñado en atribuir el atentado a ETA, es posible que Rajoy hubiera ganado las elecciones y en ese caso se habría encontrado a España en muy diferente situación.
Si en la primera legislatura de Zapatero, Aznar, que todavía controlaba el partido, hubiera dejado que Rajoy actuara a su manera, en lugar de centrar la estrategia en la 'autoría intelectual del 11-M', es posible y hasta probable que Rajoy hubiera podido ganar las siguientes elecciones, cuando la destroza de Zapatero todavía no era tan grande. Rajoy, en este tiempo de la primera legislatura de Zapatero, debió dar un puñetazo en la mesa y hacer que el partido se atuviera a la realidad. Pero no está en su naturaleza llevar a cabo tales hazañas. Tampoco fue capaz de llamar al orden a sus barones para que actuaran en consonancia con lo dicho por Pizarro en su debate con Solbes. Tampoco fue capaz de darse cuenta de que Camps y compañía llevaban al PP al desastre.
De modo que sólo miraba el modo de mantener la manija del PP y con ella, si podía, acceder a la presidencia del gobierno.
Y ahora resulta que tal y como está el patio político español es la opción menos mala para formar gobierno. Otra cuestión sería si a la cabeza del PSOE hubiera alguien decente, pero si se diera el caso tampoco podría formar gobierno porque en modo alguno se iba a aliar con Podemos, y con Ciudadanos no tendría bastantes votos.
Claro que si a la cabeza del PSOE hubiera alguien decente, quizá habría obtenido mejor resultado en las elecciones.
Tal y como están las cosas, la catástrofe nos amenaza.

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